28 de marzo de 2024

La historia del perrito de la Víctor

Autodidacta. Periodista de largo aliento formado en la universidad de la vida. Destacado en cadenas radiales, diarios nacionales y co-fundador de medios como Colprensa y el diario digital Eje 21. Formador de buenos reporteros en Manizales, Bogotá y Medellín.
15 de noviembre de 2015
Por Orlando Cadavid Correa
Por Orlando Cadavid Correa
Autodidacta. Periodista de largo aliento formado en la universidad de la vida. Destacado en cadenas radiales, diarios nacionales y co-fundador de medios como Colprensa y el diario digital Eje 21. Formador de buenos reporteros en Manizales, Bogotá y Medellín.
15 de noviembre de 2015

Contraplano

orlando cadavid

Por Orlando Cadavid Correa

El logotipo más querido por los melómanos nacidos en el siglo pasado se llamó Nipper –que en lengua anglosajona quiere decir niño– y llegó al mundo en el taller del pintor inglés Francis Barraud, en Londres, en 1895.

Seis años después, la pintura se convirtió para siempre en la inmortal “Voz del Amo” al fundar la RCA Víctor, en Camden, Nueva Yersey, el 3 de octubre de 1901, los visionarios estadounidenses Emile Berliner (el inventor del disco fonográfico) y Elridge H. Jhonson. El binomio abrió sedes de su marca en todo el orbe.

La idea del símbolo que se convertiría en el más prestigioso de la fonografía universal le vino a la mente al artista plástico al recibir como herencia un fonógrafo con cilindros de cera y un perrito que pertenecieron a su hermano fallecido. El cancito –blanco, de orejas negras, perteneciente a la raza Fox-Terrier–  asoma su hocico en la bocina de un rústico tocadiscos de manivela.

En la historia más completa que hemos visto de la famosa marca, Google cuenta que esta imagen ha sido uno de los símbolos comerciales más populares del mundo, como parte integrante del símbolo comercial más famoso y conocido hasta el presente.

perrito de la rca victorAntes de ponerse frente al lienzo, el pintor británico notó que cuando hacía sonar algunos cilindros grabados con la voz de su finado hermano, observaba que la mascota Nipper se acercaba a la bocina y mirándola escuchaba atentamente la voz de su antiguo amo. Tal cual ese momento, fue pintado por Barraud. Tan simple como auténtico su título en inglés: His master’s voice (La voz de su amo).

Un inventor que se equivocó: Tiempo después –antes de caer en manos de los futuros disqueros gringos– la obra pictórica fue ofrecida por su autor a la Edison Bell Co. de Londres, pero fue rechazada por esa compañía, creadora del fonógrafo a cilindro. Ante esa negativa de compra, Francis Barraud decidió entonces colgar el cuadro en una de las paredes de su taller.

Allí permaneció durante cuatro años hasta que enterado de dicha obra, se presentó ante el pintor el señor William Barry Owen y sugirió a Barraud que reemplazara el fonógrafo a cilindro de Edison de 1877, por el gramófono a disco inventado por Emilio Berliner en 1888. Barraud así lo hizo. Sobre la figura del fonógrafo pintó la del gramófono. Era en 1899 y la obra adquirió ese mismo año, la pequeña y modesta “Gramophone” en la que William B. Owen se desempeñaba como gerente de relaciones y propaganda.

Fue a partir de la adquisición de tal obra que ambos, la compañía “Gramophone” y Nipper, comenzaron a mostrarse y hacerse famosos en el mundo entero pues todos los productos fabricados por la compañía, llevaron sin excepción impresos o moldeados ese emblema.
Desde las primeras grabaciones acústicas sobre matriz de cera hasta las actuales láser, compactas o digitales, llevaron, llevan y seguramente llevarán a Nipper sentado frente a una bocina como símbolo de la grabación y reproducción del sonido.

Cuenta también Don Google que este anagrama con el perro fue utilizado en los primeros años en España como sello de “La Voz de su amo“, pero esta vez como marca. Española era la filial de la angloamericana His Master’s Voice que comercializó diferentes modelos de aparatos a partir de finales de los años veinte y treinta.

En Colombia, el irrepetible Hernán Restrepo Duque, el Gran Gurú del cancionero popular latinoamericano, jugó papel clave en el gran vuelo que tomó la marca, en el vecindario continental, con la espléndida conducción que le dio al manejo del opulento repertorio de la RCA, desde la demolida sede de Sonolux, en Medellín.

La apostilla: En los años 60, en la edad de oro de la radio colombiana, cuando se consideraba casi imposible que algún oyente pudiera “corchar” (quedarse sin palabras)  con una pregunta a los maestros del programa “Los catedráticos informan”, les ganó la partida, una noche, por escrito, el periodista Rodrigo Pareja, para que le dieran –si lo sabían– el nombre del perrito de la RCA Víctor. Ninguno de los cinco sabios conocía la historia de Nipper y Pareja se quedó con el premio acumulado que reservaba La Voz de Medellín para los ganadores del atractivo concurso de conocimientos.

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