28 de marzo de 2024

Unos secretos que cobraron vidas

Autodidacta. Periodista de largo aliento formado en la universidad de la vida. Destacado en cadenas radiales, diarios nacionales y co-fundador de medios como Colprensa y el diario digital Eje 21. Formador de buenos reporteros en Manizales, Bogotá y Medellín.
6 de septiembre de 2015
Por Orlando Cadavid Correa
Por Orlando Cadavid Correa
Autodidacta. Periodista de largo aliento formado en la universidad de la vida. Destacado en cadenas radiales, diarios nacionales y co-fundador de medios como Colprensa y el diario digital Eje 21. Formador de buenos reporteros en Manizales, Bogotá y Medellín.
6 de septiembre de 2015

Contraplano

orlando cadavid

Por Orlando Cadavid Correa

Se supone que “Los secretos del Cartel de Medellín” –el libro que los capos de la mafia y la DEA no querían que se publicara— sirve ahora de piedra angular para el guion de la película titulada simplemente ‘Mena’, protagonizada por el actor estadounidense Tom Cruise.

Unas partes claves del rodaje se hacen en escenarios naturales de Colombia veintitrés años después del asesinato del periodista cubano Manuel de Dios Unanue, autor del libro, ocurrido el 11 de marzo de 1992 en el restaurante español “El Mesón de Asturias”, en el barrio neoyorquino de Queens, cuando un sicario, sin mediar palabra, le disparó en la cabeza.

El comunicador isleño, de 48 años, además de escritor, era editor general de El Diario-La Prensa, el principal cotidiano de habla hispana de la Gran Manzana y criminólogo egresado de la Universidad de Puerto Rico, en San Juan.

En el momento de su muerte, Unanue preparaba un segundo libro, titulado “Cali Pachanguero”, sobre las andanzas del Cartel de los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, quienes purgan largas penas en Estados Unidos. La denominación musical corresponde a uno de los temas salseros más populares de la autoría del fundador y director del Grupo Niche, Jairo de Fátima Varela Martínez, en homenaje a la Sultana del Valle que tanto amó y en la que falleció repentinamente el 8 de agosto de 2012.

Adler Barriman Seal, alias Barry Seal, el aviador al servicio de la mafia que encarna Crusie en la película, asesinado por un  sicario de la mafia colombiana, en un aparcadero neoyorquino, el 16 de febrero de 1986, era un hombre bastante voluminoso. Parecía un mastodonte. Superaba las 275 libras de peso y medía más de seis pies. Los capos que ordenaron su ejecución lo consideraban un delator, un “sapo”  al servicio de la DEA. Físicamente, nada que ver, pues, entre el porte del aviador y el actor cuya visita llena de contento al alcalde de Medellín, Anibal Gaviria, pese a que en su película se le vaya a echar más agua sucia a la ciudad, por culpa del narcotráfico.

En el prólogo del libro que le costó la vida escribió Unanue, toda una autoridad en temas de narcotráfico: “Este es el primer intento serio y objetivo que se realiza para presentar la verdadera historia de un grupo de hombres que han pasado a la historia como los más sangrientos y poderosos miembros del crimen organizado”.

En este segmento, titulado “El triste fin de un sapo de la DEA”, Manuel de Dios demostró que el piloto gringo no era ninguna pera en dulce:

“El juez federal Frank Polozola exclamó, después de vociferar en una audiencia en la que tildó al delincuente de “astuto, corrupto y despreciable mercenario”:

“Los narcotraficantes como Seal son los seres más bajos, las personas más repugnantes que puedo imaginar. Personas como usted deben ser encerradas en una penitenciaría federal. Todos los narcos deben ser condenados a trabajos forzados, aunque se conviertan en testigos del gobierno de los Estados Unidos para tratar de escapar a las sentencias de prisión”.

Unanue resumió así el final de la vida del piloto: “La suerte de BarrySeal quedó sellada cuando en 1984 testificó frente a un Gran Jurado Federal contra Pablo Escobar, Jorge Luis Ochoa y Carlos Ledher, quienes recibían apoyo del gobierno sandinista de Nicaragua a cambio de millones de dólares para mantener la revolución en ese país centroamericano”.

La apostilla: El título fílmico de ‘Mena’ para el que trabaja el actor Tom Cruise pertenece al apellido de Jhon, quien sirvió  de enlace para contratar al sicario que se encargó de exterminar a Seal, el pérfido aviador que para algunos fue en un tiempo el jefe de la “Fac” de los narcos colombianos y después se convirtió en el gran delator de los carteles de la cocaína de Medellín y Cali.

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