28 de marzo de 2024

Mejor silencio!!

21 de agosto de 2015
Por Hernando Arango Monedero
Por Hernando Arango Monedero
21 de agosto de 2015

HERNANDO ARANGO MONEDERO

hernando arangoLejos de mí el decirle, o sólo pensar en decirle, al señor Presidente que se calle o que no diga bobadas, pero ganas no me faltan. Esa es la verdad. Sí, porque antes que darle luces al país sobre lo que hay que hacer para alcanzar la paz o hacer más expedito el trámite del proceso, siento que lo enreda y crea más y más elementos para controvertir o inquietar a la sociedad colombiana.

La idea del famoso “congresito” metió en el cotarro a muchos de los que en el Senado y Cámara han sido sus aliados. Arrastró a otros que, sin ver amenazadas sus posiciones, sintieron que se estaba dando un bandazo en lo que fue base fundamental para dar vía libre a las conversaciones, como era la necesaria refrendación de los acuerdos con las FARC, refrendación que a título de consulta a los colombianos se haría. El Presidente llegó, inclusive, a afirmar que él no se había comprometido con un referendo. Y, como es natural, salvo los aúlicos sempiternos de lo que el mandamás diga o haga, muchos se manifestaron en contra de tamaño bodrio espetado por Santos.

Y es que hay que hacer diferencia entre Santos y un antecesor de él, el presidente López Michelsen, quién, cada vez que hablaba, ponía a pensar o todo el país y, gústenos o no nos guste, de su inteligencia y de la discusión de sus ideas, algo salía. Pero ahora, por Dios, cada vez que este habla nos hunde en nuevas dudas y desesperanzas sobre el camino que recorremos y sobre las intenciones, expresas o tácitas, que lo mueven a decir o a hacer.

Y si a lo anterior le agregamos lo que los niños de las FARC (lengüaje desescalado) dicen y multiplican los medios, pues apague y vámonos. Ya los hemos oído a cerca de lo que son sus aspiraciones en las conversaciones, de lo que son sus intereses. Sí, porque no se entiende el cómo la voz de, digamos 6000 ciudadanos, puede imponerse a la de 47 millones de colombianos. No se entiende el cómo los delitos de lesa humanidad pasarán por arte de birlibirloque a ser simples delitos políticos y que siga la veleta, veleta que podrá ser usada por otros para legitimar sus pillerías y, en exigencia de igualdad ante la ley, reclamar para sí tratamiento igualitario. De allí que, si bien nadie pide castigos extraordinarios para los dirigentes de las FARC, sí hay una exigencia de sanción, disminuida si se quiere, pero sanción al fin de cuentas. Ah, y si así se determina, permitirles llegar al Congreso de la República, pero luego de pagar su pena y reconocer sus faltas, reparar y comprometerse a no repetir sus acciones delictivas.

Ahora bien: desde la Habana uno de los prohombres de las FARC (lenguaje desescalado) pidió la libertad de todos los miembros de las FARC actualmente presos. Desde luego que no me asusta este pedido. No! Hasta me parece bien, ya que los únicos que deben estar en la cárcel son aquellos que sean responsables de delitos atroces y de lesa humanidad. Los demás, como simples participes rasos, bien pueden reintegrarse a la sociedad y, mediante procesos de capacitación, llevarlos a ser útiles a la sociedad. Estos militantes rasos, sólo han sido instrumento de aquellos para sus fines. Ahora, no hay que asustarse con la cifra que un desinformado periodista lanzó en los medios, cifra que magnificó en 170 mil hombres de las FARC presos. Nada de eso, a lo sumo serán 6000 por todos, de los cuales 50 o 100 tendrán el carácter de cabecillas que tendrán que permanecer encerrados purgando por sus faltas contra la sociedad.
Finalmente, digámosle al Presidente que no entorpezca lo que los negociadores en Cuba vienen haciendo. Que deje que ellos, inteligentes y despiertos, podrán hacer más sin sus intromisiones como las que le hemos visto en estos días. Quizás así, la anhelada paz esté más cerca y los colombianos podamos asimilar un poco lo que se nos viene encima.
Manizales, agosto 18 de 2015.

P.D. Y qué vamos a hacer con el sistema tributario actual y el déficit que se viene? Otra Farc, ya interna y originada en presunciones descabelladas del Minhacienda y Planeación Nacional.