29 de marzo de 2024

La guadaña de la muerte

10 de agosto de 2015
Por Luciano de la Congoja
Por Luciano de la Congoja
10 de agosto de 2015

Por Luciano de la Congoja

buhoCómo te parece Palemón que me visitó un paisano de Santa Rosa, no  de Risaralda si no de Antioquia, en donde nací,   muy reflexivo. Me puso a meditar sobre la muerte. Ese tema no me gusta  y te lo dejo, a vos, maricón. (TU con VOS, en una  misma frase, qué horror).

Los zapateros,  nos las damos. No somos relamidos como vos, que en tus cartas utilizás un estilo nalgudo,   amanerado, amarrado con  moños, tan simple que parece  tripa de vieja.

Te decía, viejito de ojos verdes y taconeo de reina de belleza, que el zapatero antioqueño  es mas leído que yo.  Habla del libro Amor  de un tal  Augusto León Restrepo, de todos los escritos por Ivan Cocherín que son basura y me encimó unos comentarios sobre Gritos en la Hoguera de un borrachito (dice él) que se llamó Gonzalo Ocampo Trujillo.

Parece igualmente que es amigo de un cantorcito de  tangos de apellido  Castro Eusse.

Estoy  nadando contra la corriente.

El tema de fondo de mi colega, fue el siguiente:

La vida es corta , cortísima,  y nadie sobrevive a su guadaña. Y traía los siguientes ejemplos :

José  María Bernal  fue,según dicen, un macanudo Ministro de Defensa, en su tiempo un  hombre importantísimo. ¿Quién lo recuerda ahora?

Luis  Navarro Ospina , cuentan las anécdotas,  manejaba el conservatismo de Antioquia con Monseñor Miguel Angel Builes, Obispo de Santa Rosa a base de camándulas. ¿ Quién los  menciona hoy?

José Gutiérrez Gómez , agrega mi zapatero deslenguado,  fue el jerarca mayor  de  Antioquia en todo. Economía, sociedad, política. Era un as barbado. ¿Permanece  en la   memoria de sus paisanos?

Los hermanos Berrío González?

Un viejo Arredondo que mandó  el  liberalismo?

Un señor Guerra Serna?

Un tal Mario Ortiz de la Roche?

Me cuenta mi amigo que  en épocas lejanas hubo un fulano que se llamó J.  Emilio Valderrama, que dizque fue candidato presidencial.. Bendito sea Dios. Hoy su nombre  no está en el cerebro de  ningún antioqueño.

Todos, en el olvido.

Palemón, si continúo con estas historietas,  me pongo a llorar, fruncido  maricón.