27 de septiembre de 2023

  Ciudades solidarias y emprendedoras  

Abogado, analista y columnista de opinión en El Espectador, Revista Semana y Eje 21.
13 de agosto de 2015
Por Uriel Ortíz Soto
Por Uriel Ortíz Soto
Abogado, analista y columnista de opinión en El Espectador, Revista Semana y Eje 21.
13 de agosto de 2015

Comunidad y Desarrollo

uriel ortiz

Los aspirantes a gobernar las ciudades capitales, con Bogotá a la cabeza, deben presentar un plan de gobierno muy coherente con la situación actual que se vive en cada una de ellas.

Hay que aceptar que las principales ciudades del País: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, mas las capitales de departamento, por bien gobernadas que se encuentren, no dejan de tener sus falencias y debilidades, por lo tanto se requiere, que quienes pretendan gobernarlas en el próximo período constitucional, previa evaluación, presenten a sus potenciales electores un diagnóstico social, en lo posible con aplicación de los mecanismos de participación ciudadana, artículo 103 de la Constitución del 91, con el fin de que sean susceptibles de incluirlos con los Planes y programas de Desarrollo de los gobiernos: Nacional y Departamentales.

Debemos reconocer que las principales ciudades del País, con Bogotá como referencia, están viviendo todo un caos en cuestión de: seguridad, movilidad, ocupación del espacio público, que entre otros factores, hacen que la vida de sus habitantes, turistas y transeúntes, sea menos grata, puesto que en todas se concentra una gran masa humana sin ningún proyecto de vida, que podría ser aprovechada por las administraciones locales, siempre y cuando se ejerza el sentido de pertenencia y la valoración de recurso humano frente a los diferentes procesos de desarrollo.

En conclusión, debemos admitir que uno de los factores de inseguridad en las principales ciudades del País, es la falta de empleo, pero también la falta de planeación de sus gobiernos con programas estructurales para el fomentarlo de la pequeña y mediana empresa; lamentablemente cuando se habla de esta posibilidad, siempre se pone la mirada en los centros capitalinos, que se encuentran asfixiados por todo tipo de problemas, sin prever que en sus localidades los polos de desarrollo son infinitos, que bien administrados pueden ser generadores de empleos tanto directos como indirectos.

Debemos ser conscientes que en las diferentes localidades de las principales ciudades, existen ciudadanos con verdaderos proyectos de vida y empresariales, o que son talentos humanos eficientes que se encuentran desperdiciados, puesto que no han tenido una oportunidad para darse a conocer.

Por lo anterior, se hace indispensable acudir a los programas de innovación, con el fin de que los habitantes de los diferentes sectores de las ciudades, presenten sus inquietudes empresariales, con el objeto de ir fomentando un banco de proyectos, que en el futuro puedan ser financiados por la empresa privada o el Departamento de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Desde la óptica de Comunidad y Desarrollo, considero que llegó la hora de exigir a los candidatos a las Alcaldías de las principales ciudades del País y demás capitales de departamento, presenten a sus electores un plan de contingencia para frenar por lo menos el gran caos que se presenta en los centros periféricos, con los vendedores ambulantes y estacionarios, que si bien son ciudadanos que tienen todo el derecho al trabajo y a la libre empresa, los gobernantes locales en lugar de perseguirlos están en la obligación de ubicarlos en la mejor forma posible.

Todos los alcaldes en épocas de campaña, se comprometen con la ciudadanía a liderar este tipo de  emprendimientos con mayor efectividad para desalojar el espacio público del centro de las principales ciudades, y en general de los demás sectores del comercio informal, pero lamentablemente recurren siempre a la Fuerza Pública,- que si bien están en la obligación de dar cumplimiento a una orden superior, la medida no deja de ser vergonzosa y de mal gusto, puesto que está comprobado a través de varias décadas que este no es el camino a seguir- no se puede prohibir de plano, que ejerzan la venta de productos lícitos, pero tampoco complacientes para que a toda hora estén generando congestión y mala presentación en las principales calles y avenidas.

Esta problemática la hemos investigado con mucha rigurosidad, tomando como referencia la Capital de la República, y como consecuencia hemos llegado a las siguientes conclusiones:

1º Abogar por la descentralización administrativa en sus localidades.

2º- Para lograr el objetivo anterior se requiere el fortalecimiento de las alcaldías locales, o en últimas proponer que estos funcionarios sean de elección popular: consideramos que la descentralización de las grandes ciudades debe extenderse a todas las localidades para que sean sus mandatarios los directos responsable, de organizar su sector de conformidad con su equipo de Ediles, que deben tener buenas relacionares con los concejales, para que sus propuestas, planes y programas de desarrollo sean escuchados y plasmados en Acuerdos Distritales y Municipales según el caso.

3º- Carnetización de los vendedores estacionarios e informales, señalándoles de una vez el sitio de la localidad donde vayan a ejercer su actividad, esto con el fin de descongestionar el centro de las ciudades, promoviendo en cada una de ellas el sentido de pertenencia y celebrando ferias en los diferentes parques de las localidades y mesas de negocios con asistencia de compradores nacionales e internacionales.

4º- Crear en cada una de las localidades, las llamadas: “UZDE” Unidades, Zonales de Desarrollo Empresarial, las cuales deben estar manejadas por ciudadanos de la más alta distinci8ón, con el fin de promover el talento humano frente a los diferentes procesos de desarrollo.

5º- A través de las: “UZDE”, ejercer el sentido de pertenencia, esto quiere decir, que se cree un banco de proyectos dentro de las mismas localidades, se lleve una estadística lo más completa posible de los ciudadanos profesionales o expertos en diferentes actividades, con el fin de promocionarlos dentro de las entidades públicas y privadas de su entorno.

En síntesis, no es que en las grandes, medianas y pequeñas ciudades, no existan oportunidades para todos, lo que sucede es falta de planeación y de políticas de empleo, pero ejerciendo, lo repetimos el sentido de pertenecía dentro de las localidades.

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