28 de marzo de 2024

Caldas debe saber si Aerocafé es posible

Por José Óscar Jaramillo
16 de agosto de 2015
Por José Óscar Jaramillo
16 de agosto de 2015
El profesor emérito de la Universidad Nacional, sede Manizales, José Óscar Jaramillo, envió hace algunos días a nuestro colaborador Augusto León Restrepo una interesante carta sobre aspectos fundamentales de Caldas.  Contiene inquietudes y propuestas en relación con Manizales y Caldas que los candidatos a Alcalde y Gobernador deberían leer con atención, por cuanto bien podrían nutrir sus programas de gobierno con las propuestas de Jaramillo Jiménez. Creemos que su publicación alimentaría un debate necesario, aun cuando de antemano sabemos que somos asaz dejados e indiferentes con lo que nos debería interesar.

Por José Oscar Jaramillo

Jose Oscar JaramilloCon motivo de los artículos recientes sobre Manizales y sus dirigentes, creo que ya va siendo hora de revisar los paradigmas regionales y por ello quiero contribuir a la discusión.

El tema del aeropuerto es uno de los que ha estado en polémica. Creo que el planteamiento inicial de remplazar la Nubia por un aeropuerto de mejor operatividad parecía razonable. Su mayor capacidad en transporte de personas y toneladas de carga dependería de si los planes de desarrollo de la región lo requieren.

Parece que la existencia de la Nubia es suficiente como aeropuerto de cabotaje, para lo cual hay que mejorar sus ayudas aeronáuticas, para remediar la restricción de aterrizaje que hoy tiene, cuando se presentan nubecitas o lluvias. Se pueden hacer los convenios con los demás aeropuertos de la región para tener un servicio regional de buena calidad, sin sacrificar los recursos requeridos para el desarrollo regional. Soy del parecer que a la larga es mejor dar por perdidos esos $100 millones de dólares que se han mal invertido y rescatar en algo esa inversión, que continuar invirtiendo en ese barril sin fondo en que se ha convertido Aeropalestina o el Aeropuerto del café. Puede impulsarse un parque ecológico o  un sustituto de la Nubia, pero sin los aumentos en tamaños de las pistas y los aviones que algunos han visionado.

Hay que aceptar que las ventajas que nos dio la naturaleza con los volcanes, los suelos (ricos para  nuestra caficultura) y las pendientes (propicias para generación hidráulica), debemos aprovecharlos cuando es posible, pero que  empecinarnos en proyectos utópicos no es sabio. Ya lo han dicho los ingenieros geotecnistas nuestros  que los procesos de construcción de taludes de gran altura con estos suelos es algo que no está estudiado suficientemente y que por ello es prudente no arriesgarse en obras que requieran esos aportes.

Hay que sincerarse, no es lo mismo construir un aeropuerto en los Llanos o la Sabana que en estas montañas. Allí, se dispone del lote, se construyen los pavimentos de las pistas  y las instalaciones y basta. Aquí, tenemos que empezar por construir el lote, lo que hemos hecho cuando se trata de edificaciones  familiares o edificios individuales que requieran áreas menos pequeñas, pero que es impráctico con instalaciones que requieran grandes áreas.

Para acabar esta polémica ¿por qué no le pedimos a nuestros próximos dignatarios (Alcalde y Gobernador)  que soliciten una asesoría técnica a alguna Universidad de prestigio?, fuera de Manizales, para que de una vez terminemos esta polémica, así como el país en su momento lo hizo con el pretendido MUNDIAL DE FUTBOL del 86.

Me parece que hay proyectos en la ciudad y el departamento que deberían recibir apoyo de la dirigencia y encauzar los recursos regionales y los de la nación para apalancar su desarrollo.

Creo que los proyectos de renovación urbana de Manizales, el de San José y el de la Baja Suiza, deberían recibir un apoyo económico inmediato para que se terminen en corto plazo. También es necesario el proyecto de las plantas de tratamiento de aguas residuales en la ciudad y en los demás municipios, el transporte público masivo (cables aéreos, megabuses y las vías para bicicletas y motos). Y además, la construcción de bibliotecas públicas.

Debemos rescatar nuestros ríos, no solamente como fuente de agua para los acueductos, sino como actores para el turismo. Ese necesario que el departamento adelante un plan de  reforestación y recuperación agresivo de las fuentes de agua. Nuestras montañas y la abundancia de lluvias son un recurso inexplotado.

El desarrollo de la región requiere mejorar la infraestructura y hacer los planes de fomento para  que el turismo sea una activad real y no un simple sueño. Ya es hora de que se invierta en un sistema de transporte adecuado para los Nevados, como lo sería el cable aéreo a partir de La Esperanza, que se complemente con la vía actual y tal vez termine en los termales del Ruiz. Las nuevas autopistas que se empiezan a construir comunicarán muchos de nuestros municipios en mejores condiciones que las actuales.

Los industriales y  las universidades deberán discutir sobre los proyectos de desarrollo industrial que permitan generar empleos y recursos para los habitantes  del departamento. Para empezar, por ejemplo, debe revisarse la política de suspender  la destilación de alcoholes en nuestra industria licorera. No todo puede ser una análisis económico de menor costo por litro del alcohol, cuando tenemos una empresa que puede generar alcoholes de buena calidad, con pequeñas adaptaciones y mejora en sus programas de manejo de los residuos, sin arrojarlos a nuestras quebradas. Esta es nuestra empresa, que tecnológicamente puede competir si se la apoya. Tenemos universidades que pueden cooperar en el estudio de mejores procesos de producción y tratamiento de los residuos y esos proyectos los podemos financiar con los recursos de las transferencias.

La región requiere un plan proyecto de tratamiento de las basuras en los municipios, que mejore su aprovechamiento y reduzca la contaminación de las quebradas. Igualmente, sería necesario dotar a todos los municipios y corregimientos de plantas de tratamiento de aguas servidas.