29 de marzo de 2024

VÉLEZ, MEJÍA Y VÉLEZ, ¿EXIGIRÁN ALARGAR EL PIC?

23 de julio de 2015

La noche del pasado martes el Gobierno Nacional quemó su último cartucho para incidir en el nombramiento del nuevo gerente de la Federación Nacional de Cafeteros. Era la única reunión en la que podía hacer valer su posición ejecutiva y al mismo tiempo poner a jugar su peso en la elección, tal como los estatutos del gremio lo disponen. Los comités regionales, especialmente de los nuevos departamentos productores, estaban enardecidos y le buscaron la caída a la ficha marcada de la Casa de Nariño; a renglón seguido de que los ministerios presentes en el Comité Nacional eliminara candidatos de vehemencia regional, estos a su vez descabezaron a los más opcionados quedando una terna sobrante que delata ganadores, perdedores y abre nuevas apuestas.

Es la pelea entre el viejo modelo cafetero de los departamentos encabezados por Caldas (otrora Eje Cafetero) y la propuesta vanguardista de los mayores productores encabezados por Huila y Antioquia. Todo esto mediado por el poder político de que se ha revestido esta elección forjada en protestas por las llamadas ‘dignidades cafeteras’, así bautizadas por un empresario antioqueño cuando el ex gerente de la Federación, Gabriel Silva quiso que los productores pagaran más impuestos, anécdota que es el origen de la división gremial.

Ya existe una hoja de ruta para modernizar el sector que se llama Misión Cafetera y que debe jugar un papel preponderante hacia el futuro. Como también existe un detalle en la agenda que es la renovación del contrato mediante el cual la Federación administra un fondo parafiscal que supera los $150.000 millones. A esto se suma que es una necesidad latente para las arcas nacionales que se revisen todas las gabelas subsidiarias que reciben los cafeteros, máxime con una tasa de cambio muy benéfica para su actividad y una producción récord de 12 millones de sacos.

El Gobierno Nacional solo puede decir, a estas alturas de la elección, que con cualquiera de los ternados que sea elegido va a trabajar en bien de los cafeteros, mientras que estos no pueden dar un mensaje diferente al país económico y social de que están más unidos que nunca y que la actividad cafetera que beneficia a medio millón de familias es una fórmula para construir la ruralidad productiva en tiempos del posconflicto. Sobra hablar del papel que ha jugado el café en la economía colombiana, especialmente en el siglo XX, y del rol político de los cafeteros. Ahora lo más importante es que los ternados envíen un mensaje al país político de unidad y que manejarán las amenazas de paro y que serán conscientes que su elección no sea producto de prometer un cheque billonario de alargar el llamado PIC, Programa de Apoyo al Ingreso Cafetero, que se vence en diciembre y que no hay plata para alargarlo ni razones sociales para mantener este cuantioso subsidio.

LA REPUBLICA/EDITORIAL