Camorreros
Por DANIEL EL TRAVIESO
Desde hace algunas semanas vienen apareciendo en este portal unos artículos firmados por unos señores que se esconden detrás de un seudónimo para cantarle la tabla a la gente. Dicen llamarse Luciano de la Congoja y Palemón El Estilista. ¿Quiénes serán estos atrevidos señores que se meten con la clase dirigente del departamento para decirles a los lectores quién es bueno y quién es malo en el ámbito político de nuestra tierra? Se me hace que este Luciano de la Congoja, que dice ser zapatero remendón, no sabe arreglar zapatos. ¿Cómo puede pensar uno que un zapatero pueda haberse leído a García Márquez o a Miguel de Cervantes Saavedra si estas personas no se gastan un peso en la compra de un libro? Y ¿qué tal ese Palemón El Estilista que dice ser peluquero de profesión? Dice andar entre la oligarquía manizaleña, de casa en casa, arreglándoles las uñas a las señoras, organizándoles el cabello, contándoles chismes, escuchándoles sus peroratas, hablándoles mal de los políticos y comiendo prójimo a lo desgualetado.
Pues bien, don Evelio: yo no me quedo con las ganas de decirles a estos señores que, por favor, amarren esa lengua para que no digan tanta basosada. ¿Cómo así que don Guido Echeverri es un desleal? Yo no creo eso. Lo que pasa es que, seguramente, cuando ofició como gobernador, no le dio algún contrato a ese señor que se firma Luciano de la Congoja, y por eso arremete contra él diciendo que no merece volver a ese que Orlando Cadavid bautizó como el palacio amarillo. Yo quisiera saber qué contesta ese tal Luciano de la Congoja cuando yo, que soy un humilde chofer de buseta de servicio público, le diga que está equivocado. Don Guido es un señor. Y lo único que quiere es prestarle un servicio al departamento. Me imagino que es mucha la insistencia que han debido tener frente a él Mauricio Lizcano y Hernán Penagos para sacarle un sí. Qué bueno fuera para Caldas que Don Guido pudiera volver a la gobernación. Este señor, que está doblado de humanista, sí conoce al departamento.
Creo, don Evelio, que para publicar esta nota usted debe saber quién soy. Se lo voy a decir. Aunque no me he leído el Quijote de la Mancha, (de lo que se ufana ese Luciano de la Congoja) ni he podido viajar a Miami, (de lo que se siente orgulloso ese Palemón El Estilista) conozco mejor que ellos a la clase política caldense. No soy un resentido como esos señores que despotrican de lo lindo contra quienes están conduciendo a Caldas por caminos de progreso. Como chofer de buseta de servicio público escucho las conversaciones que dentro del vehículo entablan los pasajeros. Y le cuento que nunca he escuchado que nadie hable mal de don Guido Echeverry. Con decirle que esta semana, cuando cubría la ruta La Francia – Palermo, se subió a la buseta una señora toda empingoretada, puro estrato seis, con cartera marca Vélez, y se puso a hablar bellezas de don Guido. Lo que dijo se lo cuento en próxima nota, si decide publicar esta. Pero no Les coma cuento a Luciano de la Congoja ni a Palemón El estilista. Yo de usted no les publicaría esas bobadas