La recuperación de la patria
Pues no, ese no es el modelo que la inmensa mayoría de ciudadanos queremos. Estamos pensando en una refundación en donde se construyan unos fuertes pilares éticos, de solidaridad y de elemental decencia, que puedan, sobre esa base, construir una sociedad más justa, equitativa, transparente.
Porque finalmente lo que estamos presenciando no estaba ni en los cálculos más pesimistas de los futurólogos. Por ejemplo, ¿Quién se podría imaginar que el Presidente de la más alta Corte de Justicia que existe en el país, haya dado semejante espectáculo bochornoso, de desconocimiento de la autoridad y de complicidad cuando su hijo, utilizando un vehículo blindado de su padre, costeado por todos los que pagamos impuestos, propicie actos contra la moral pública.. .Y salga el Magistrado a insultar a la autoridad y a proteger a su hijo, sabiendo del tipo de conducta que estaba realizando, en contravía de las más elementales normas de decencia?
Pero no conforme con esa conducta, impropia de quien representa la majestad de la justicia en Colombia, resuelve enviar a su hijo al exterior con el fin de ponerlo a salvo de cualquier retención y juzgamiento de su conducta. Esto, ni más ni menos significa que hemos tocado fondo y hemos seguido derecho, es decir, en caída libre sin que se avizore por el momento ningún cambio significativo.
Sin embargo, no podemos claudicar. Será un aliciente continuar pensando un mejor país siempre y cuando el modelo de educación cambie, no para hacer grandes tecnócratas, y empresarios exitosos sino para hacer en primer lugar hombres de bien, que podamos entender que uno de los objetivos fundamentales del ser humano es la felicidad, la misma que se logra cuando haya un proyecto de convivencia armónica no de guerra abierta entre los miembros de una colectividad.