El «miedo ambiente»
ECO PARLAMENTARIO
La Barca de Calderón conoció de las denuncias que se hicieron públicas desde el propio Congreso de la República por el Senador Jorge Enrique Robledo sobre el mismo tema, sin que pase nada. Todo se limita a cambiar unos ministros por otros y las cosas siguen lo mismo, en el gobierno del señor Juampa
LA TRAGEDIA
El primero de enero de 2014, con la firma responsable del periodista Pacho Escobar, el portal Las 2 orillas describió la tragedia causada por la extracción de niquel. Con el título “El horno mortal de Cerromatoso”, el país estrenó el año con esta tragedia, pero como todo se queda en palabras- palabras- palabras, conozcamos en detalle lo que pasa.
RESULTADOS DEL DESASTRE
En los Cabildos indígenas aledaños a la multinacional minera de Cerromatoso S.A., nacieron 3 niños sin ano, y uno sin pene ni vagina. Pero en el año 2011 casi no nacen de 36 embarazos, 14 fueron abortos. Asimismo, otros infantes han llegado al mundo con deformaciones congénitas: Labio leporino y piel que se descascara son las más frecuentes. El futuro de esta población es incierto. Mientras el presente de un centenar de trabajadores está echado: Cáncer, perforaciones de tabique, dematítis severa , asma, trastornos de columna y enfermedades citogenéticas están matando a la gente. La situación se torna tan grave que un buen grupo de afectados contactó una asesoría de gran calado: La firma de abogados de Abelardo de la Espriella. Todo empezó en los años 60, en Montelíbano, Córdoba.
Ofrecemos a continuación este escabroso testimonio periodístico:
ALEJANDRO ARIAS
(MIEMBRO DE LA FUNDACIÓN PARA LA PRENSA LIBRE)
EN COLOMBIA, ENFERMOS DE DRUMMOND ESTÁN MUERIENDO IMPUNEMENTE
Más allá de la contaminación ambiental denunciada derivada de la actividad extractiva y exportadora del carbón hay un drama social y humano que aún sigue desconocida para el país y sin atención por parte de las autoridades ambientales y judiciales colombianas. Se trata de la afectación en los seres humanos expuestos a la misma, sean trabajadores o no en el proceso.
Una investigación en la que participaron 1.627 niños residentes de los municipios de Becerril, Agustín Codazzi, La Jagua de Ibirico, Chiriguaná y El Paso, la única que se conoce hasta el momento sobre el tema, tiene entre los principales hallazgos del estudio que el 3,85% de ellos padece alguna enfermedad respiratoria, ya sea asma, fibrilancias o tos.
Así mismo, concluye esta investigación que el 17% de los niños entre 6 y 10 años residentes en los municipios ubicados en la zona carbonífera del César ha faltado a clase al menos un día al mes por presentar enfermedades respiratorias agudas, entre otras.
Este estudio, realizado de forma conjunta entre la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad de los Andes se hizo público bajo el título: “Enfermedad y síntomas respiratorios en niños de cinco municipios carboníferos del César (Colombia)”.
Según Luis Jorge Hernández, PhD en Salud Pública de la U.N. y docente de la Universidad de los Andes, “los niños son los más susceptibles a la contaminación del aire porque tienen un sistema respiratorio en desarrollo y crecimiento, y respiran más veces por minuto que un adulto, por lo que están más expuestos”.
Desde 1997 se nos ha informado que esta actividad no ha generado contaminación ni afectación en los seres humanos expuestos al proceso de extracción, transporte y exportación de carbón en el caribe colombiano, ello amparado en los resultados que han arrojado una serie de estaciones de monitoreo de calidad del aire ubicadas en las zonas de influencia.
No obstante, luego de una serie de denuncias, investigadores de la Contraloría General de la República concluyeron que los informes de calidad de aire en las zonas portuarias de Drummond Ltd. Y Prodeco en ciénaga (Magdalena) no son reales.
Los investigadores de la CGR encontraron en la labor de inspección que estas estaciones estaban sumergidas bajo siembras de árboles de mango, estaban ubicadas de tal suerte que no hacían las mediciones reales por estar fuera de las líneas de aire o se evidenciaba la manipulación de las mismas por parte de trabajadores de la empresa Drummond Ltd.
En audiencia ante la Asamblea Departamental del Magdalena la Secretaria de Salud Departamental, Zandra Castañeda López, reconoció que esa entidad jamás ha realizado un estudio a efectos de determinar la relación entre la prevalencia de las enfermedades respiratorias de sus habitantes en las zonas de la red férrea y los puertos con el polvillo de carbón.
Cientos de trabajadores enfermos de la Drummond Ltd, por ejemplo, tienen un común denominador a pesar de evidenciar y comprobarse las afectaciones respiratorias por sílice de carbón en sus pulmones: sus enfermedades no han sido reconocidas como enfermedades profesionales y quienes han muerto en sus registros de defunción se anota que fueron a causa de una muerte natural.
Durante todos estos años su lucha se ha centrado en que las ARL (Administradoras de Riesgo Laborales) reconozcan como profesional su enfermedad y de paso las autoridades ambientales adopten las medidas necesarias para evitar que más trabajadores sigan siendo afectados mortalmente por este tipo de afectaciones.
La manipulación de sus historias clínicas y la pasividad del Ministerio de Trabajo, ante las denuncias formuladas, han mantenido en la impunidad las muertes de estos trabajadores, así lo hacen público en sus declaraciones.
No obstante que los pulmones de estos trabajadores tienen las indiscutibles evidencias de la afectación por el carbón y los muchos informes de especialistas médicos en la materia así lo confirman; las ARL y demás autoridades insisten en sostener que esto no pasa de ser una gripa mal cuidada y persisten las negativas en el reconocimiento de las prestaciones laborales a las que tienen derecho por causa de la enfermedad.
En relación con la agresiva contaminación el IGAC, luego de valorar los filtros de las estaciones de monitoreo de calidad del aire en Santa Marta, informó que sí hay contaminación del aire por partículas de carbón con tamaño inferior a 10 micras, capaces de penetrar el pulmón.
Hasta la fecha no hay un solo estudio que permita saber cuántos samarios, magdalenenses, cesarenses o guajiros tienen los pulmones como los de los trabajadores enfermos de la Drummond Ltd. y por ello tampoco hay medidas tendientes a prevenirlo.
Por lo pronto, estos trabajadores esperan ser atendidas como víctimas en la Fiscalía General de la Nación. Autoridad ante la que radicaron las denuncias y solicitudes para ser valorados por medicina Legal con la esperanza de no seguir muriendo impunemente.