13 de febrero de 2025

Alta cirugía.

5 de octubre de 2014

esteban jaramilloTalvez este cambio refuerce su salud emocional y su optimismo. Acostumbrados estamos muchos a verlo como  abuelo, tierno, paternal y protector, inspirando confianza desde el banco técnico de la selección a sus hijos, los jugadores. Queda la sensación de que el entrenador argentino quiere revitalizar su figura evitando el envejecimiento prematuro, que con el paso de los años y el estrés competitivo se acentúa. Espero, eso sí, que no le dé al venerable anciano, por definir su musculatura, como vigoréxico atleta de gimnasio, ni cambie su sobria indumentaria por pantalones   ajustados, correas con taches, exótico calzado y camisas  coloridas, para, además de dirigir,  bailar reggaetón. Es algo de broma.

En lo futbolístico se da licencias Pekerman con sus partidos inocuos, con rivales sin prestigio, con la vaga idea de proyectar  otras alternativas en el juego. No menoscaba sin embargo su decisión de jugar sin riesgo, la credibilidad del pueblo que confía ciegamente en su proyecto, movido por el recuerdo de los excitantes momentos del mundial.

El llamado al menudo e incisivo Chara, al talentoso Cardona, cuyos goles, pases telegrafiados y destreza en las jugadas de estrategia, ofrece variadas alternativas en la producción  ofensiva, y a Pedro Franco, con su seriedad y sobriedad, inspira optimismo para el cambio, siempre y cuando sean utilizados como titulares.

Pekerman está en el plan de paciente cirujano que trabaja sin prisas, con el propósito de darle nuevos aires a la selección. Largo y lento será el proceso antes de la copa América y la eliminatoria, necesitado de  sostenibilidad y con el deseo de hacerse más que protagonista, favorito, sin bajar de altura el listón competitivo.