28 de marzo de 2024

Carlos Giraldo, un chismoso de la ‘tele’ con gran corazón

27 de agosto de 2014
27 de agosto de 2014

carlos giraldo
Imagen La Opinión de Cúcuta

¿Padre de Brad y Falcon?

Soy un abanderado de las causas con animales. Mucha gente no lo sabe, pero uso las redes sociales para trabajar por los derechos de lo que no tienen voz. Tengo dos mascotas, Brad y Falcon, que llevan conmigo 11 años por lo que ya me gradué de papa de mascotas. (Risas)

¿Le gustan más los chismes que los deportes?

Me fascina el deporte, la gente me ve contando chismes  en este mundo de la farándula, pero no sabe que la información que más consume de los periódicos y revistas es sobre deportes, luego política y economía.  Amo los deportes y puedo estar todo un día en mi casa viendo un partido de tenis que no me canso.

¿Practica alguno?

En este momento ningún deporte específico, aunque si hago ejercicio, camino hora y media con los perros, llego a mi casa y tengo una rutina que me dio un entrenador personal, trato de estar en forma.

¿Cuál es su mayor defecto y cualidad?

Soy psicorrígido, eso es una virtud en el momento en el que se necesita responsabilidad, compromiso y disciplina, y a la vez un defecto, porque eso te hace una persona que no da concesiones al buscar la perfección.

¿Sabemos de su pasión por el baile pero, ¿Lo deja sólo para el teatro o lo disfruta a diario?

Me encanta bailar desde los 5 años salsa. Actualmente el Ras tas tas. Soy vallecaucano y aunque la gente me ve como muy blanquito, monito, y flaquito no se imaginan lo buen bailarín que soy. Me encanta el reguetón, si me vieran, no necesito tomarme ni un trago para estimularme.

¿Cuáles son esas canciones que lo trasportan a algún recuerdo de su vida?

‘Cuando hablan las miradas’ del grupo Guayacán, me produce algo especial en el organismo, la escucho y tengo que buscar pareja y salir a bailar. Soy generación Madonna, y cuando escucho Vogue, me acuerdo de mi época de juventud comienzo a bailar. Las canciones de María Dolores Pradera me recuerdan a mi papá, y Helenita Vargas a mi mamá. Quedé huérfano muy joven, y cuando dieron la Ronca de Oro no me perdí ningún capítulo. Tengo un gusto muy amplio.

¿Con qué soñaba de pequeño?

Con ser un artista del teatro musical y vine a lograrlo a los 27 años, cuando muchos ya están pensando en retirarse. Por un momento pensé que me había dejado el tren.

¿Cómo comenzó su trayectoria como uno de los más queridos chismosos de Colombia?

(Risas) Nunca pensé que fuera a trabajar en televisión. Cuando se acabaron los musicales, me quedé sin trabajo y me puse a dictar clases de baile en academias y gimnasios, pero eso era algo que en ese entonces no me hacía muy feliz. En el 98 el músico César Escola, a quien Carlos conoció en la obra de teatro Sugar, le pidieron hacer el jingle de Sweet. Cuando me llamó Escola lo primero que le dije era que yo no era presentador, ni periodista, ni locutor, y me dijo que precisamente no estaban buscando eso sino una persona espontánea, y así me convertí en el chismoso de Colombia durante 15 años.

¿Cuándo quedó ‘enredado’ en el chisme?

Cuando se supo que Sweet se acababa recibí una llamada de Juan Esteban Sampedro, jefe de entrenamiento del canal, y no se fue con rodeos. Me dijo: “arrancas mañana a las seis de la mañana”, y terminé aceptando.

Papá Precoz

Fui papá precoz a los 14 años. Mi hija Olga Lucía también fue precoz, a los 17 años tuvo su primer hijo, hagan sus cuentas, fui abuelo a los 31. En este momento tengo tres nietos, y mi nieta mayor Gabriela Amparo, que tiene 21 años, también fue precoz y desde hace un año soy bisabuelo. Los otros chiquitos son Juan Sebastián, que esperamos sea como un Falcao o James, porque desde hace años está en una escuela de fútbol. A Laura Sofía le gustan los deportes extremos, esperamos sea la siguiente Mariana Pajón, y Manuela, aún no sabemos que le gusta porque está muy pequeña, de pronto herede la vena artística del abuelo, aunque preferiría que se inclinara por los deportes.