28 de marzo de 2024

La paz, no como fin sino como medio

2 de julio de 2014

Pero no basta simplemente con lograr la paz, es decir un estado social en el cual nadie agrede a nadie, no se acude a la eliminación del otro por medio de armas convencionales. Porque hay otra forma de hacer violencia: el hambre, la desigualdad, la segregación. Baste solamente con observar lo que sucede con gran frecuencia en un país como la India en donde a pesar de estar proscritas las castas, se han presentado casos en donde los padres de familia de los centros educativos oficiales se niegan a que sus hijos ingieran alimentos elaborados por miembros de una supuesta casta denominada “Los impuros”. Recordemos que las antiguas castas en la India se denominaban de la siguiente manera: Brahamanes, Chatrias, Vaisias e Impuros ( o Intocables). Los Brahamanes eran la casta sacerdotal, los Chatrias los militares, los Vaisias los comerciantes y los Impuros, el resto de la población, valdría decir, lo que aquí pueden representar los campesinos y los obreros.  Pero podríamos decir que en la India no hay violencia, hay paz, porque en gran medida las castas son el resultado de su ordenamiento religioso y por mucho tiempo no tuvo ninguna oposición.

Todo para decir que una paz en donde no haya equidad, en donde haya hambre y menosprecio por un amplio sector de la sociedad, no es una paz anhelada ni conveniente.

Tarea nada fácil el logro de esa paz que en alguna ocasión soñaron quienes alentados por una utopía se internaron en la selva para declarar la guerra a un Estado monopolizado por una minoría, pero que infortunadamente terminaron enredados en tantos ilícitos que producen la rentabilidad como es el comercio y producción de narcóticos. Tarea nada fácil porque los tradicionales dueños de latifundios no quieren desprenderse de sus propiedad para hacer una reforma agraria siempre aplazada. Y finalmente, tarea bien difícil por el poder creciente de quienes controlan un capital usurario representado en la Banca.

Colombia es un país, como el resto, en donde debemos caber todos. Eso significa que la controversia política se deberá continuar con el fin de llegar a acuerdos entre todos los sectores, todos los intereses que se mueven en el campo de la economía, pero ello no puede significar el mantener sojuzgados y en condiciones inhumanas a amplios sectores de la población.

Todos los partidos políticos tienen una tarea fundamental en estos momentos: sentar las bases sólidas para aclimatar una paz con justicia, con equidad. No una paz sobre la base de la fuerza bruta de una clase hegemónica, sobre los amplios sectores menos favorecidos por la fortuna. Y ello, finalmente está cruzado por una reforma a la justicia, a la educación, y a la salud.