Espero presidir un Congreso útil a la paz y al desarrollo: Name
El 11 de julio venidero el Partido Social de Unidad Nacional, La U, al que siempre he pertenecido desde que salté a la arena de la política, realizará su reunión para escoger a quien a nombre de la colectividad y de la Unidad Nacional, será el llamado a presidir el primer año legislativo del nuevo periodo constitucional.
Somos tres los nominados pero estoy seguro que será posible contar con el respaldo indispensable para alcanzar esta dignidad, a la que ya va había renunciado en ocasiones anteriores bajo la convicción de abrirle paso a otros líderes del partido y siempre ser un facilitador de los acuerdos por encima de los intereses personales.
Si todo funciona como se ha previsto, considero que están dadas las condiciones para ser el nuevo Presidente del Congreso de Colombia, responsabilidad para la que me he preparado a profundidad en medio de tres intensos debates electorales, uno de los cuales permitió mi reelección y los otros dos la del Presidente Juan Manuel Santos.
Al Presidente del Congreso entrante le corresponderá no solo la posesión de Juan Manuel Santos para su segundo mandato presidencial el 7 de agosto de 2014, sino una serie de temas que son cruciales, vitales y esenciales para el futuro de la Nación.
Recordemos que en el primer año de gobierno debe ser aprobado el nuevo Plan de Desarrollo Nacional, que en esta oportunidad pretendería un hondo contenido social y como tal debe ser la principal brújula a seguir en una etapa de posconflicto una vez se firme la paz con la guerilla. Además, será menester articular el crecimiento económico con políticas de sostenibilidad fiscal y la urgente necesidad de financiar la salud, el sistema pensional y la educación pública, en el marco de un comercio cuya globalización cada vez avanza más.
He dicho que no seré un Presidente del Congreso para el conflicto o la camorra en plenarias ni en comisiones. Aspiro a convertirme en un orientador de debates con altura, respeto y propósito de servicio a la Patria, sin perder de vista la legitimidad de la contradicción o de las ideas diferentes, en otras palabras, otorgando garantías para la oposición.
Nos enfrentamos a una senda de profundos cambios en la historia nacional. Me parece positivo y refrescante para nuestra democracia la llegada de una bancada dirigida por el ex Presidente Álvaro Uribe Vélez, que estoy seguro estará dispuesta a aportar al beneficio nacional a pesar de sus diferencias con el gobierno reelegido el pasado 15 de junio.
Para todos los senadores habrá trato respetuoso pero seremos enérgicos en la aplicación del reglamento para que nadie pueda desconocer sus verdaderos alcances. Lo que más preocupa en este primer año legislativo es el curso de las iniciativas sociales, que son fundamentales para madurar el proceso de paz.
En este momento de mi vida política me siento con la madurez y la experiencia suficientes para encarar el desafío que implica la Presidencia del Senado y por ende del Congreso. Debemos organizar una legislatura sin distracciones y con mucho compromiso para responder a las expectativas del pueblo colombiano.
La agenda requiere mucho cuidado, no es abrumadora pero necesitamos estudiar cuidadosamente cada uno de sus aspectos. Tenemos la reforma a la salud, la enmienda a la educación para que nuestros niños, niñas y jóvenes tengan una verdadera preparación con calidad y, los cambios en la justicia, entre otros temas.
La ciudadanía quiere un Congreso libre de los comentarios indelicados, quiere unos Senadores y Representantes a la Cámara trabajando de sol a sol por las transformaciones que requerimos y nosotros estamos empeñados en lograr los consensos necesarios para que los cambios sean aprobados dentro de la senda correcta y en beneficio de todos.