28 de marzo de 2024

Entre la fidelidad y la lealtad

6 de julio de 2014

Cuando se recurre al diccionario, los términos “fidelidad” y “lealtad” suelen ser presentados como sinónimos. Sin embargo, bien vale la pena reflexionar sobre el asunto para hacer una distinción que tiene su importancia.

En el caso de nuestro Vicepresidente, bien hubiera podido asumir públicamente su posición y alinearse al lado del Centro Democrático, porque finalmente la “fidelidad” es un compromiso absoluto, animal, irracional, hacia una idea o persona o entidad, así las circunstancias cambien o existan unos imperativos mayores de conciencia que impidan continuar apoyando una ideas. Los animales son fieles. Los seres humanos somos leales, vale decir, cumplimos unos pactos, unos compromisos, siempre y cuando no exista, como decía antes, un imperativo o una obligación de mayor envergadura o las circunstancias cambien, a tal punto, que se hace necesario replantear la defensa de una posición o de una idea.

Traemos a colación, por ejemplo la actitud de Humberto De la Calle Lombana cuando siendo fórmula vicepresidencial de Ernesto Samper, se hizo a un lado cuando se desató el escándalo de los dineros del narcotráfico. Actitud ética y valerosa porque la lealtad no le permitía pasar por lo alto ciertos principios de decencia política. En este caso, De La Calle fue Leal a un principio mayor, leal al país, a la patria. No fue el caso del doctor Horacio Serpa, quien fue “fiel” a Samper y lo defendió a capa y espada, a sabiendas que había llegado dinero a la campaña y no precisamente a sus espaldas.

En el caso de Angelino, bastó que Santos anunciara su nueva fórmula vicepresidencial para que el político caleño entonces se descompusiera por las declaraciones de Vargas Lleras.  Y habiéndose comprometido a ser vicepresidente de Santos, fue una completa deslealtad hacerle campaña a un contradictor político, cuando aún el período de vicepresidente no ha culminado.

Y cuando hablamos de deslealtades, bien vale la pena reseñar, por ejemplo, la del doctor Carlos Gaviria cuando en su momento acordó con Gustavo Petro y a una consulta dentro del Polo para que quien obtuviera la mayor votación, se presentara como candidato a la Alcaldía de Bogotá. Y sabemos las declaraciones de Gaviria en el sentido de que respetaba la decisión, no la compartía y no acompañaría a Petro en su campaña. Esa es una definición clara de deslealtad, de falta de compromiso con la palabra.

Y luego viene el doctor Mockus, uno de los hombres insignias del Partido Verde, compañero de Peñalosa y Lucho, quien resuelve, así, sin ponerse colorado, apoyar a Santos por medio de unas vallas enormes que decían: “Santos ha gobernado mejor de  lo que yo lo hubiera hecho”. Y eso lo hizo en la “primera” vuelta. Porque vaya y venga que la doctora Clara López anuncie su respaldo a Santos en la segunda vuelta, diciendo que lo haría por la posición de Santos ante el proceso de paz.

Leal fue, por ejemplo, también, la posición de Claudia López, quien anunció públicamente su voto dentro la Alianza Verde, por un candidato distinto a Peñalosa. Cuando supo el resultado de la mayoría obtenida por este último, dio las declaraciones en sentido de que el compromiso había sido el de acompañar a quien obtuviera la más alta votación, y por lo mismo, acompañaría al doctor Peñalosa. Elemental posición ética.

Y terminemos con la perla del doctor Gustavo Petro. Su movimiento, a saber, los “progresistas”, cuando se deslindaron del Polo Democrático Alternativo, solicitaron al Partido Verde una unión, que daría como resultado la Alianza Verde. Y la alianza Verde tenía su candidato, así que el compromiso, la lealtad exigía que los progresistas votaran en la primera vuelta por Peñalosa. Pues, no. También, sin ponerse colorado, desconociendo las profundas diferencias ideológicas que supuestamente hay entre la “U” y los progresistas, se dio la orden para que votaran por Santos en la primera vuelta.

Qué bueno que en los hogares y en las escuelas y en las universidades se hablara de la diferencia entre la lealtad y la fidelidad. Y más aún, de la importancia de la lealtad, en la política, en los negocios y todas aquellas acciones que desarrollamos los seres humanos.