18 de abril de 2024

De la Calle pidió menos acciones terribles y actos de paz a las Farc

26 de julio de 2014
26 de julio de 2014

 

Además, de la Calle calificó como “terribles las acciones de las Farc y dijo que “el Gobierno ha mantenido que no habrá cese al fuego mientras no se llegue a un acuerdo final, pero lo que muchísimos colombianos no entienden es que se sigan presentando por parte de la guerrilla actos que atentan contra la población y otras acciones que destruyen la infraestructura, la riqueza colectiva y ue afectan gravemente el patrimonio ecológico del país”, sostuvo el negociador.

El negociador, además lamentó el grave daño ambiental que se ha desatado en el departamento del Putumayo, “es más que lamentable ver el gravísimo daño ambiental del Putumayo en los últimos días y escuchar el desgarrador relato de un patrullero que vio morir en sus brazos a su pequeña hija de tres años en Arauca, después de que un hombre le lanzara una granada.”, dijo.

Finalmente, sostuvo que “el Gobierno no señala nombres ni tiene interés en deformar la verdad” y recordó que por acuerdo de las dos partes serán la ONU, la Universidad Nacional y la Conferencia Episcopal de Colombia quienes definirán los delegados.

Declaración de Humberto de la Calle Lombana, Jefe del Equipo Negociador del Gobierno

Mañana de nuevo un grupo de nuestros negociadores y del equipo técnico viajarán durante dos o tres días a La Habana para continuar discutiendo con las Farc cómo funcionarán las comisiones de género, de fin del conflicto y la comisión histórica del conflicto y sus víctimas. Y tal como lo anunciamos de manera conjunta, el próximo 11 de agosto iniciaremos los ciclos regulares y el 16 esperamos escuchar en la Mesa de Conversaciones, al primer grupo de víctimas.

Quiero reiterar la posición de Gobierno en este punto, sin duda el de mayor trascendencia e importancia para el proceso de paz. Los derechos de las víctimas no son negociables. Lo que vamos a discutir es cómo podemos, como lo ha dicho el Presidente, satisfacer de la mejor manera posible los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición.

Los lineamientos que guiarán las discusiones sobre este punto están en la declaración de principios que hicimos pública hace unas semanas en la que ambas partes reconocemos las víctimas. Lo hemos dicho en reiteradas oportunidades: no estamos en La Habana para intercambiar impunidades. Lo contrario, cada quien deberá asumir su propia responsabilidad. Es esencial que todos los sectores de la sociedad participen en este ejercicio fundamental de reconocimiento de responsabilidades.

Hace algunos días, escuchamos a un grupo de víctimas de las Farc. También oímos clamores de víctimas de otros actores. Dolorosas historias que reflejan la crueldad del conflicto. Todas ellas piden saber la verdad y es precisamente en el esclarecimiento de esa verdad donde el Gobierno hará un gran esfuerzo con la certeza de que uno de los mayores aportes que podrá producir el fin del conflicto es que por fin, las víctimas y la sociedad en su conjunto, conozcan qué pasó, por qué pasó, quiénes fueron los responsables. Y me refiero expresamente a todas las víctimas sin discriminarlas por razón de quién violó sus derechos. La verdad integral no sólo traerá algo de paz al alma, sino también será vital para que se haga justicia.

Todo lo que acordemos va a estar basado en oír la voz de las víctimas -de todas ellas- y trabajar sobre la base de las propuestas que ya hemos recibido y esperamos seguir recibiendo.

Quiero recordarle al país que son ellas la razón de ser de estas conversaciones. Cerca de cuatro mil propuestas han sido recibidas por la Mesa de Conversaciones sobre este punto de la agenda. Lo que queremos es insistirles a todos los colombianos, pero especialmente a aquellos que han padecido el yugo de la violencia, que sigan enviando sus propuestas, sus ideas. Entre más aportes haya de ustedes, mayor riqueza y legitimidad tendrán las discusiones y los acuerdos que logremos.

Por solicitud de la Mesa de Conversaciones, la logística y la selección de las delegaciones de víctimas que viajarán a La Habana estarán a cargo de la Organización de Naciones Unidas y el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz de la Universidad Nacional con el acompañamiento de la Conferencia Episcopal, bajo los criterios de equilibrio y pluralismo. Es muy importante que esas delegaciones reflejen los distintos hechos victimizantes, los diversos sectores sociales, las poblaciones y todo el marco del largo conflicto.

Somos conscientes de que las víctimas que viajarán no representan a los millones que ha dejado el conflicto armado, pero también sabemos que no tiene antecedentes en ningún proceso de paz del mundo, que en medio de los diálogos, oigamos de manera directa a las víctimas.

Los organizadores y, en particular, la Conferencia Episcopal brindan la absoluta garantía de que en la escogencia de quienes viajen se aplicará rigurosamente un criterio de equilibrio. El Gobierno no señala nombres ni tiene interés en deformar la verdad.

Aprovecho para agradecer expresiones públicas de Monseñor Luis Augusto Castro, muy reconfortantes para nosotros y para reconocer la presencia de la Conferencia Episcopal en este importante momento de las conversaciones.

Y de las Farc, el país espera que estén a la altura del momento histórico. Después de años de incredulidad y décadas de conflicto, Colombia empezó a hablar de paz, a soñar la paz como un sueño posible, tangible, a sentir la paz como un derecho en tiempo presente. Por eso es que los colombianos esperan verdaderos gestos en ese sentido por parte de las Farc. Es más que lamentable ver el gravísimo daño ambiental del Putumayo en los últimos días y escuchar el desgarrador relato de un patrullero que vio morir en sus brazos a su pequeña hija de tres años en Arauca, después de que un hombre le lanzara una granada.

El Gobierno ha mantenido que no habrá cese al fuego mientras no se llegue a un Acuerdo Final. Pero lo que muchísimos colombianos no entienden es que se sigan presentando por parte de la guerrilla actos que atentan contra la población civil inerme y otras acciones que destruyen la infraestructura, la riqueza colectiva y que afectan gravemente el patrimonio ecológico del país.

Estamos en La Habana para asegurar que se garanticen los derechos de las víctimas, para que nunca más los colombianos tengamos que volver a ver hechos como estos. Nuestro compromiso es con sentido de Patria, con grandeza ante la historia porque la paz, exigida, pero también rodeada por la sociedad, es una tarea inaplazable.

Muchas gracias.