21 de marzo de 2025

Una justa democrática

16 de junio de 2014

Es desde luego un triunfo de la democracia y de la civilidad del país, pero también y sobre todo es un trofeo que  los colombianos le debemos reconocer a la Registraduría  Nacional del Estado Civil que, bajo la conducción  eficaz de su director Carlos Ariel Sánchez, ha venido construyendo con sus funcionarios, un órgano neutral como lo exigen las más modernas democracias de occidente, en cuanto garante de los derechos políticos de los asociados por la oportunidad y celeridad en la entrega de los resultados que permitió a los colombianos, pasada apenas media hora del cierre de las urnas, saber el nombre del Presidente y de su fórmula Vicepresidencial, hecho que fue reconocido con nobleza y gallardía por el mismo candidato Oscar Iván Zuluaga, todo  lo cual consolida el bien ganado  prestigio de la Entidad y desvirtúa de una vez por todas el manto de dudas que sobre su transparencia e integridad se pretendió tejer sin éxito alguno.

De otro lado, nuestro coterráneo el ex ministro Oscar Iván Zuluaga cumplió un significativo rol en su campaña  que se inició con la incredulidad sobre sus propósitos políticos, pasando por la minusvalía  que implicaba  la forma  caricaturesca  que inventaron sus adversarios por sus relaciones con el expresidente Uribe,  hasta culminar con el reconocimiento nacional sobre su fortaleza de carácter, independencia  y conocimiento y dominio de  los grandes temas que conciernen a los colombianos, digna de los mejores estadistas. Ahora bien, sin contar a su favor con los factores reales de poder, incluida la burocracia nacional y  territorial,  se ganó espontáneamente  y en franca lid, el aprecio y la admiración de poco menos de la mitad del país, que  lo convierte,  por tanto, en  actor de primer orden en el escenario de la política  nacional.   

Corresponde ahora restañar las heridas causadas en la competencia, doblar la página y convocar a la reconciliación de todos los colombianos sin distingo alguno, pues no se entendería que mientras se dialoga con los enemigos del sistema en la Habana, al interior de  nosotros  se mantenga la guerra entre simples adversarios.