29 de marzo de 2024

Lecciones de las lecciones

18 de junio de 2014

Si Santos logra que se elimine la reelección, es un punto a su favor porque la verdad es que no estamos preparados para hacer ese ejercicio que incluso en otras latitudes se cuestiona por las ventajas que tiene para el presidente en ejercicio. Todas las promesas que hizo el candidato-presidente, difícilmente las podrá cumplir en materia de inversión porque simplemente no alcanza el presupuesto para ello. Pero en materia de incumplimiento, seguramente que Santos es un verdadero maestro.

La segunda gran lección tiene que ver con la personalización de las campañas en la medida que el Centro Democrático es simplemente la empresa del doctor Uribe, que el candidato Oscar Iván Zuluaga era del doctor Uribe, que la Seguridad Democrática tiene el sello del doctor Uribe y así sucesivamente, todo conduce al doctor Uribe.

La pregunta que queda flotando en el ambiente es ¿Qué hubiera pasado si Oscar Iván Zuluaga no hubiese sido el candidato del doctor Uribe?. Desde luego que más de la mitad de los votos obtenidos por Zuluaga son votos del doctor Uribe, pero  tampoco podemos olvidar que más de la mitad de los votos obtenidos por Santos no fueron votos por él sino votos en contra del doctor Uribe.

Queda sobre el tapete el cuestionamiento al conservatismo en el sentido de continuar reconstruyendo su identidad propia, alejarse del Centro Democrático, porque sin duda alguna no sólo le resta credibilidad sino que arrastra con el odio visceral que muchos colombianos han llegado a sentir por el doctor Uribe. Su reacción ante los resultados, contrasta con la actitud serena y madura de Zuluaga quien reconoció la victoria de Santos, como debe ser en una justa en donde se somete a la calificación pública.

La tercera lección, no menos importante es la que recibió el doctor Robledo cuando propuso la abstención o el voto en blanco, como resultado de una posición fundamentalista, en donde quien no milite en el Polo Democrático es impuro, retrógrado, reaccionario y debe ser repudiado.

Personajes como Robledo son importantes en un Congreso, lo mismo que Gustavo Petro, pero de ninguna manera para dirigir un colectivo y menos para ejercer un cargo de Alcalde, Gobernador y menos Presidente. La fractura del Polo en mil pedazos, es un hecho: Lucho, Petro y seguramente Clara López, han montado y seguirán montando tolda aparte. La izquierda unida, jamás será vencida, seguirá siendo un anhelo de muchos, pero a un futuro muy lejano en la medida que sus dirigentes le sigan jugando al oro y la escoria.