El presidente Allende y el Quindío
Instalado el Congreso, le correspondió a Marconi ocuparse de sus funciones en la Comisión Primera Constitucional Permanente. Desde el principio ofreció su respaldo y colaboración al gobierno nacional a través del Ministro de Gobierno de entonces, Joaquín Vallejo Arbeláez, a quien de una vez le hizo saber su aspiración de ir en misión oficial a la posesión del recién elegido Presidente Salvador Allende que ocurriría en esos días en la ciudad de Santiago de Chile. Era el primer socialista escogido por votación popular en la hasta entonces ejemplar democracia de ese bello país, a lo cual el gobierno accedió incluyendo al representante Sánchez Valencia en la comitiva presidida por el propio Ministro Vallejo Arbeláez.
La novedad de un presidente socialista elegido popularmente hizo propicia la ocasión para que a la ceremonia fueran acreditadas nutridas y numerosas delegaciones de todos los países del orbe que formaron larga calle de honor mientras ingresaba al Palacio de la Moneda, sede de los actos, el nuevo Presidente. El solemne silencio que reinaba en el recinto cuando llegaba el Presidente con su comitiva fue interrumpido de manera abrupta por el delegado colombiano Sánchez Valencia quien dio un paso al frente y, ante la sorpresa de los presentes, gritó con emoción y a todo pulmón: “Permítame que, violando el odioso protocolo capitalista, en nombre de todos los revolucionarios del mundo le entregue un abrazo fraternal y diga: Viva el Presidente Allende. Viva Chile Socialista”.
Pasada la hilaridad causada por el espontáneo y después de la posesión, a la hora del coctel ofrecido a todos los invitados especiales, el nuevo gobernante le pidió a su edecán que averiguara quién y de dónde era ese ferviente admirador que había cantado los vivas. Efectuada una rápida averiguación con la Embajada Colombiana se supo que se trataba de un Representante a la Cámara de la Republica de Colombia –equivalente a un Diputado en Chile–, que respondía al nombre de Marconi Sánchez Valencia, abogado de la Universidad Libre de Bogotá y masón como el mismo Allende, integrante del Partido Liberal y oriundo de una provincia localizada en el centro del país que se denominaba el Quindío, productora del mejor café del mundo.
Con tan completa información sobre el personaje el Presidente Allende lo buscó en medio de la reunión para saludarlo y agradecerle personalmente las manifestaciones de solidaridad y admiración recibidas; al estrecharle la mano, seguida de un cálido abrazo, y con el ánimo de agradarlo Allende le preguntó: “ Cuénteme, Honorable Diputado, ¿qué hay por su Quindío?” Dicen los testigos que el agraciado respondió sin titubear con esta queja: “Todo bien Señor Presidente, muchas gracias. Sólo que al Gobernador Ancízar López le dio por perseguirme desde hace rato”.