El bazar de los cadáveres.
Para nadie es secreto que al ex presidente Uribe, quien se jactaba de ser conocedor de todo lo divino y de lo humano y de poseer el Don de la ubiquidad, lo que le valió para tener esa gran aceptación entre los ingenuos e inocular en los cerebros de los minusválidos mentales la creencia de Ser superior, no se le escapaba el más mínimo detalle de cualquier decisión gubernamental en los diferentes niveles, ya que su control era absoluto guardando una estrecha correlación con su proclividad a la satrapía, de lo que se infiere, sin lugar a equívocos, qué como Comandante Supremo de las Fuerzas Militares conocía de estas monstruosidades.
El testimonio del coronel (r) González del Rio no es fácil de desechar o desvalorar, aquí no se trata de un orate o de un delincuente del montón o de una retaliación, no, estamos frente a un alto ex oficial de las fuerzas militares, y tenemos la gran oportunidad de conocer públicamente toda la verdad, respecto a todo el entramado y responsabilidad de las autoridades civiles, militares y de policía, y de algunos particulares, en la conformación, expansión y actividades del paramilitarismo y sus ominosos efectos; dicho testimonio es prueba fehaciente de que los llamados falsos positivos no acaecieron como hechos aislados sino que fueron parte integral y sistemática de una política de Estado, lo que los ubica en los predios del Estatuto de Roma- Corte Penal Internacional- delitos de lesa humanidad ( Artículo 5° y 25°).
Y para completar esta necrología y nigromancia, escuché estupefacto una entrevista que le hizo La W (junio 11) al “Tuso” Sierra desde una cárcel de Estados Unidos, y en la cual éste afirmaba, de manera serena y contundente, que él y sus compañeros de “viaje” habían sido extraditados para impedirles que contaran la verdad sobre el narcoparamilitarismo, así mismo, señaló a algunos “bacalaos” de la política y privados como amigos e incondicionales patrocinadores de esta empresa criminal, así descalifiquen los implicados la declaración y sea coadyuvada por algunos arrodillados y pusilánimes periodistas. ¡Qué tal esto!
Tampoco es de poca monta las declaraciones eufemísticas y timoratas del presidente Santos, cuando afirma que en el gobierno anterior se elaboran listas macabras de algunos sindicalistas candidatos a pasar a mejor vida, como también, las del ex presidente Gaviria cuando afirma que en el gobierno de Uribe se vivieron épocas oscuras y manchadas de sangre.
Haciendo un somero repaso a los instrumentos jurídicos con los que cuenta un juez, tanto en la etapa de instrucción como del juicio, como lo son la crítica del testimonio (Gorphe), las reglas de la sana crítica y que son métodos que permiten la apreciación de la prueba en su integridad para establecer la verdad y llegar a la plena convicción de la responsabilidad del hecho acaecido, indefectiblemente nos lleva a la certeza de que el testimonio rendido por el mencionado Coronel, como los de otros incursos en delitos de narcoparamilitarismo, tiene inmenso valor probatorio y constituye una prueba difícil de desvalorar y, también, de controvertir.
Esta crueldad desatada por la política y métodos abominables de los paramilitares y de algunas fuerzas armadas del Estado nos ubican a la par con países del África que amontonaron cadáveres por doquier como: Ruanda, Congo, Zimbawe, Sudáfrica, Etiopia, Somalia, etcétera, etcétera, siendo un deber de todos exigirle a las autoridades judiciales que se investigue, se conozca la verdad y se castigue a los autores intelectuales, y que no ocurra como en la mayoría de los casos en los que han estado comprometidos ciertos personajes de la vida nacional, pero debido a su importancia y a su fuero y a la ineptitud y corrupción de sus jueces naturales estos siguen campantes y cobijados por la impunidad.
En lo que a mí respecta, y de acuerdo a las declaraciones que le escuché al coronel (r) González del Rio, no me queda ninguna duda de su aserción, en la forma como desarrolla su azarosa narración no da pie para pensar siquiera de que se trata de un mitómano, así muchos lo descalifiquen y amenacen con sendas demandas. Si uno analiza desprevenidamente lo afirmado por el ex oficial y, en especie de cotejo, trae a la mente episodios bochornosos protagonizados por el ex presidente Uribe, deja mucho que desear, y una gran cabida de todo lo posible.
El señor presidente, en ese entonces y cuando se iniciaba la investigación por parapolítica, lanzó a través de los medios de comunicación la siguiente solicitud: “Le voy a pedir a los congresistas que nos han apoyado, que mientras no estén en la cárcel, voten los proyectos del gobierno”, semejante exabrupto dejó fuera de base y atónito a más de uno, no se podía creer que de los labios de esta persona de “inteligencia superior” saliera una frase tan dura, indolente y despectiva contra sus entrañables amigos y socios políticos. Otra solicitud presidencial: “el Congreso de Colombia nunca antes estuvo tan madurito para una revocatoria, por tal motivo les solicitó que voten la reforma política y judicial, por ningún motivo se vayan a declarar impedidos” ¡Por Dios Santo!, que clase de Democracia es esta. ¿Es esto un Estado Social de Derecho?
La Corte Suprema profirió un fallo relacionado con ley de Justicia y Paz sobre los delitos de Sedición y Concierto para Delinquir, advirtiendo, con toda la razón jurídica, que eran dos delitos independientes y autónomos que no permitían “equipararse”, y que el primero, para efectos de su aplicación a los desmovilizados paramilitares no era posible desde el punto de vista jurídico, lo que produjo, como era de esperarse, la irascibilidad del mandatario Uribe y acusó a la Corte de tener un “sesgo ideológico”, censura grave, peligrosa e irrespetuosa, por demás.
Refiriéndose a un fotógrafo, dizque ‘la mechuda’ que trabajó en la Casa de Nariño, el Presidente con su alma en llamas, dijo: “si me lo encuentro en la calle, le voy a dar en la cara, marica” y esta perla cuando le dio por emular con ‘Rambo’: “de haber sido paramilitar, hubiera sido paramilitar de fusil, no financiador del paramilitarismo”.
Por todas estas “perlitas”, y como se dijo atrás, el ex presidente tenía un control absoluto en el manejo del Estado, y es difícil de concebir y de creer que un subalterno suyo se atreviera a tomar decisiones de esta magnitud a motu proprio, sin su consentimiento, es por ello que creo modestamente, de que Uribe era conocedor de todos los grandes escándalos que resquebrajaron la institucionalidad: el referendo reeleccionista, la Yidisteodolindopolitica, las chuzadas del DAS, Agro Ingreso Seguro, la extradición de los jefes paramilitares para silenciarlos, las millonarias recompensas hasta por apéndices cercenados y otras bobaditas más.
En una publicidad de la campaña presidencial el “muñeco Zurriaga” le pregunta a los colombianos: “que si quieren más de lo mismo” de lo que les dio Santos en estos 4 años. ¿O será que “Zurriaga” cree que Colombia quiere más de lo mismo que nos dio Uribe en sus 8 años y seguir amontonando cadáveres?
Con “Zurriaga” y su amo, aseguramos 4 años más de guerra brava y disputaremos el primer puesto en el planeta como el país con el mayor bazar de cadáveres.
Apostilla: ¿Será que todo esto queda en la impunidad, y que la Corte Penal Internacional no tomará cartas en este sanguinario embrollo?
Manizales, junio 13 de 2014.
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