Carta pública a la W y a CM&
Bogotá D.C., Junio 23 de 2014
Doctor
JULIO SÁNCHEZ CRISTO
W Radio – Colombia
Respetado Julio:
Como presumo que sus comentarios respecto de mi aspiración a la Contraloría General, se fundaron en las afirmaciones del noticiero CM&, del miércoles y jueves pasados, sección 1.2.3, le ruego ver el video y su texto escrito que adjunto, que contiene la rectificación de las notas anteriores, en la misma sección de ese noticiero, del viernes pasado, que estimo aclara las dudas que YAMID AMAD y la W RADIO, tenían sobre mí.
Le reitero que el único pecado que se me endilga, es ser amigo, como lo manifesté en su entrevista, de un hombre que he conocido como académico, magistrado, presidente del consejo superior de la judicatura y un reconocido constitucionalista, el doctor JULIO CÉSAR ORTIZ. Con base exclusivamente en esa amistad, se construyó en mi contra una presunción de deshonestidad, que flagrantemente violenta mi dignidad, la probidad de mis actuaciones y mi buen nombre.
Como lo enseña el extracto de mi hoja de vida que adjunto, cuento con sobrados méritos para desempeñar el cargo al que aspiro, así lo consideró el partido liberal y sus más altos dignatarios, cuando me hicieron la propuesta de renunciar a la Magistratura del Consejo Nacional Electoral y así buscar la postulación a Contralor.
Construí los méritos sobre estudios de doctorado, maestría, especializaciones exigentes, diplomados, ejercicio de la docencia universitaria, conferencista, desempeño laboral en las tres ramas del poder público como Legislador, Juez, Magistrado, Alcalde; en los organismos autónomos como el Consejo Nacional Electoral y la Defensoría del Pueblo, y el ejercicio exitoso y acreditado de la profesión de abogado por más de veinte años. Pero, indiscutiblemente, más importante que los títulos, unos valores y principios éticos y morales recios e inquebrantables, que por primera vez, en estos días se ha pretendido poner en tela de juicio.
Le confieso que me embarga una profunda tristeza, al advertir que en mi país no se llega lejos por méritos sino por apellido, abolengo, roscas o poder económico, y quienes como yo nos hemos hecho a pulso estamos vetados para acceder a las altas estancias del poder público.
Como le conté brevemente en su entrevista, soy un hombre nacido de la entraña de la tierra boyacense, crecí trabajando en el campo, desde niño laboré en oficios arduos. Para hacerme abogado tuve que recorrer de noche durante cinco años sin interrupción, en las calles de Bogotá, conduciendo un taxi, que me permitió costearme mis estudios en el día.
Gracias a mi amigo y paisano en gran periodista CARLOS PEÑALOSA, cursé doctorado en la universidad complutense de Madrid, cuya única compensación por su incondicional apoyo, fue realizar todos los oficios domésticos en su casa donde me brindó hospitalidad durante mi estadía en España.
Y ya para alcanzar mi sueño, tuve el privilegio de ser contratado para conducir el transmóvil Uno, de RCN Radio, transportando al profesor Héctor Urrego y al narrador Rubén Darío Arcila, durante todos los certámenes ciclísticos que se llevaron a cabo en Europa en los años 85 y 86.
Creo firmemente que todo lo que rodea mi vida, me habilita con creces para ejercer la función pública a mi juicio, más relevante de un estado, como es el control fiscal.
Estoy convencido que ese fue el motivo para que el Consejo de Estado, el pasado martes votara abrumadoramente por mí, 19 de los 23 magistrados asistentes, lo hicieron a mi favor, y me dejaron a escasos 2 votos para ser escogido.
Esa y no otra fue la razón para que mis contradictores mediáticamente salieran a descalificarme infundadamente.
Por reglamento del Consejo de Estado, se requiere de 21 votos para ser seleccionado, habida cuenta de que esa corporación está integrada por 31 magistrados.
Con sentimientos de consideración, respeto y admiración.
GILBERTO RONDÓN GONZÁLEZ
C. de C. No. 6´760.419 De Tunja