29 de marzo de 2024

Los glaciares de la Antártida occidental se derriten de forma imparable

17 de mayo de 2014
17 de mayo de 2014

La enorme mole, presenta un estado irreversible de decadencia, sin nada que pueda evitar que los glaciares de esta área se fundan en el mar.

El estudio presenta varias evidencias, a partir de 40 años de observaciones, que indican que los glaciares del sector del Mar de Amundsen de la Antártida occidental «han pasado el punto de no retorno», según el glaciólogo y autor principal Eric Rignot, de la Universidad de California en Irvine y del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena (California). El nuevo estudio ha sido aceptado para su publicación en la revista Geophysical Research Letters.

Estos glaciares ya contribuyen de manera significativa al aumento del nivel del mar, liberando anualmente en el océano casi la misma cantidad de hielo que toda la capa de hielo de Groenlandia. Contienen suficiente hielo para elevar el nivel global del mar en 1,2 metros y se están derritiendo más rápido de lo que la mayoría de los científicos esperaban. Rignot afirma que estos hallazgos harán necesaria una revisión al alza de las previsiones actuales de la subida del nivel del mar.

«Este sector contribuirá de forma importante al aumento del nivel del mar en las décadas y siglos por venir», asegura Rignot en la nota de prensa de la NASA. «Una estimación conservadora es que podría llevar varios siglos que todo el hielo desemboque en el mar.»

Tres grandes líneas de indicios apuntan a la eventual desaparición de los glaciares: los cambios en sus velocidades de flujo, la cantidad de cada glaciar que flota en el agua de mar, y la pendiente del terreno sobre el que están fluyendo y su profundidad bajo el nivel del mar. En un artículo de abril, el grupo de investigación de Rignot analizó las cada vez mayores velocidades de flujo de estos glaciares en los últimos 40 años. Este nuevo estudio analiza las otras dos líneas de indicios.

Fusión rápida

Los glaciares fluyen de la tierra hacia el mar, con sus bordes delanteros flotando en el agua de mar. El punto de un glaciar en el que se pierde el contacto con la tierra se llama la línea de conexión a tierra. Casi todos los deshielos de los glaciares se producen en la parte inferior del glaciar, más allá de la línea de conexión a tierra, en la sección flotante sobre el agua de mar.

Así como un barco encallado puede flotar de nuevo en el agua poco profunda si se hace más ligero, un glaciar puede flotar sobre una zona donde solía estar conectado a tierra si se vuelve más ligero, lo que puede ocurrir por fusión o por los efectos de adelgazamiento de los glaciares que se extienden hacia fuera. Los glaciares de la Antártida estudiados por el grupo de Rignot han adelgazado tanto que ahora están flotando por encima de los lugares donde solían asentarse firmemente en la tierra, lo que significa que sus líneas de conexión a tierra se están retirando hacia el interior.

«La línea de conexión a tierra está enterrada bajo más de mil metros de hielo, por lo que es muy difícil para un observador humano en la superficie de la lámina de hielo de averiguar exactamente donde está la transición», explica Rignot. «Este análisis se realiza mejor usando técnicas de satélite .»

El equipo utilizó observaciones de radar captadas entre 1992 y 2011 por los satélites European Earth Remote Sensing (ERS-1 y -2 ) para mapear la retirada tierra adentro de las líneas de conexión a tierra. Los satélites utilizan una técnica llamada interferometría de radar, lo que permite a los científicos medir de manera muy precisa – con menos de un centímetro de error- la cantidad de superficie de la Tierra que se está moviendo.

Los glaciares se mueven horizontalmente a medida que fluyen aguas abajo, pero sus partes flotantes también suben y bajan verticalmente con los cambios en las mareas. Rignot y su equipo mapearon lo lejos hacia el interior que se extendían estos movimientos verticales para localizar las líneas de conexión a tierra.

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Madrid, España