16 de marzo de 2025

Glaucoma, segunda causa de ceguera irreversible

23 de mayo de 2014
23 de mayo de 2014

El factor más importante relacionado al glaucoma es el aumento de la presión intraocular. Además, constituye actualmente la segunda causa de ceguera irreversible a nivel mundial.

La enfermedad inicialmente no tiene síntomas, generalmente el paciente nota que tiene un problema en una fase avanzada, cuando disminuye la agudeza visual, por lo cual, es fundamental el control oftalmológico con el fin de detectar el glaucoma en una fase temprana e instaurar el tratamiento oportuno para prevenir la pérdida de la visión, que es irrecuperable.

Existen factores de riesgo para desarrollar glaucoma, es decir, las personas que están dentro de uno de estos grupos tienen una probabilidad mayor de padecer la enfermedad: mayores de 35 años, antecedentes familiares de glaucoma, uso prolongado de corticoides, diabetes, miopía, raza negra y asiática.

El glaucoma presenta varias formas clínicas como:

Glaucoma primario de ángulo abierto: es crónico y asintomático y lleva años para producir daño. Es la forma más frecuente de glaucoma.

Glaucoma agudo: raro pero grave. Se asocia a un aumento pronunciado de la presión intraocular. Requiere tratamiento de urgencia, existe un aumento súbito de la presión ocular con dolor, ojo rojo, visión borrosa, halos alrededor de las luces, cefalea, náuseas y vómitos.

Glaucoma crónico de ángulo cerrado: progresivamente se obtura la vía de salida del líquido intraocular.

Glaucomas secundarios: se producen en forma secundaria a otras enfermedades oculares, traumatismos o asociados a medicamentos.

Glaucomas congénitos: presentes desde el nacimiento. Representan verdaderas urgencias en oftalmología, no responden al tratamiento médico y deben ser intervenidos en la brevedad posible en forma quirúrgica. Es importante que el pediatra y el oftalmólogo reconozcan los signos precoces de la enfermedad, ya que cuanto antes se instaure el tratamiento, mejor será el pronóstico. Los signos son: aumento de tamaño del globo ocular, lagrimeo y sensibilidad a la luz (fotofobia).

Dependiendo de la situación del paciente, el oftalmólogo decidirá cuáles son los test a realizar y cuál es la regularidad con la que estos deberán ser repetidos.

Tratamiento

El tratamiento tiene por objetivo evitar el aumento de la presión intraocular y la consecuente pérdida de visión.

1. Medicamentos: los medicamentos disminuyen la producción del líquido intraocular o facilitan su drenaje.

2. Tratamiento láser: de no resultar efectivo el tratamiento médico y comprobar que la enfermedad progresa, o de resultar el tratamiento intolerable por los efectos adversos de los medicamentos será necesario cambiar el tratamiento médico siendo una opción el láser.

3. Cirugía: en general, la cirugía está reservada para los casos en que el medicamento y el tratamiento láser no resuelven la situación del paciente, siendo de elección en glaucomas congénitos. Consiste en la apertura de canales para el drenaje del humor acuoso, con el objeto de reducir la presión intraocular.

En conclusión, es importante recordar que la visita periódica al oftalmólogo, que realizará los controles de presión intraocular y la evaluación del nervio óptico, es la que permitirá realizar el diagnóstico precoz de esta enfermedad y evitará así la pérdida irrecuperable de visión.