16 de marzo de 2025

Fedearroz denuncia actitud hostil e irrespetuosa del ministro de agricultura

30 de mayo de 2014
30 de mayo de 2014

 

El ministro no salió a reunirse con los  miembros de esta Corporación, ayer  miércoles 28 de Mayo, pese a que lo  esperaron durante cerca de dos horas en la sala de juntas de su despacho, en cumplimiento de la invitación que él mismo les había cursado hace varios días, hecho que ocurre   luego de haber incumplido  un primer  compromiso el  pasado 15 de mayo  con la   Junta  Directiva de Fedearroz  en Bogotá, a la que el ministro  había confirmado su asistencia, tras la invitación del gremio para que  escuchara sus propuestas,  en  medio del gran debate nacional por el agro.

Para la Junta Directiva de  Fedearroz,  se trata de una nueva actitud hostil,  desafiante e irrespetuosa por parte del Ministro con los productores arroceros, y  una reafirmación del poco interés que tiene de solucionar de fondo,  los problemas del sector agropecuario, desestimando el gran  impacto que cultivos como el arroz tienen en la  economía de las regiones y en la seguridad alimentaria de la Nación.

Agregó la Junta Directiva en pleno, que resulta poco claro  que mientras se dan todas las facilidades para  dialogar  en Cuba con la insurgencia,  a los productores colombianos  se les cierra la puerta, olvidando su contribución al desarrollo de la Colombia Rural, donde nació y perdura el conflicto.

La actitud del ministro despertó una airada reacción en  los 20 representantes de todas las regiones productoras de arroz en el país, quienes se habían desplazado a Bogotá con el único objetivo de atender la citación del Ministro,  y que regresaron  con la misión de realizar reuniones extraordinarias con los Comités Seccionales de arroceros, para analizar la delicada situación y  las  graves implicaciones en el futuro de esta actividad agrícola.

El  gremio arrocero representado por Fedearroz,  solicitará además la intervención directa del presidente de la República, para que tome medidas ante esta cadena de agresiones,  que de tiempo atrás se vienen  dando no solo con los productores arroceros,  sino  con la mayoría de los sectores agropecuarios del país  y  en especial contra las instituciones que legítimamente representan  a un renglón  básico de la economía agrícola colombiana, generador  de empleo y  paz en el campo.