30 de noviembre de 2023

Entre el decir y el ser

22 de abril de 2014

Porque hay una diferencia entre el decir y el ser, en tanto que como seres humanos podemos decir en determinado momento cosas que luego rectificamos o de las cuales nos arrepentimos. Por eso mismo, podemos discrepar de las ideas diferentes a las de nosotros, pero eso no significa que tengamos que estar en desacuerdo con quien hace la afirmación. Debemos luchar y propender porque las ideas que consideramos incorrectas, sean rectificadas o abandonadas, pero esa lucha no es contra la persona sino contra lo que opina. Si esto fuese así, podríamos entender que el diálogo, la controversia podría hacerse de una manera mucho más racional y no animal.  Entendiendo por animal aquella posición que pretender no eliminar ideas sino eliminar las personas que piensan de determinada manera.

Pensamos que eso ha ocurrido con la ya célebre parlamentaria que mandó a Gabriel García Márquez al infierno para que se juntara con Fidel Castro cuando éste se muriera.

No es sensato, ni lógico y mucho menos inteligente hablar en esos términos de una persona que honró el nombre de Colombia, que es una figura indiscutible de la letras españolas y con un reconocimiento que hasta el momento no lo ha tenido ningún colombiano. Que García Márquez era un hombre de izquierda, que fue amigo de Fidel Castro y de otros muchos líderes de ideas revolucionarias, eso no es una novedad para nadie. Pero también es cierto que en ningún momento planteó ningún acto que se pudiese considerar como antipatriótico, a menos que el denunciar la desigualdad y la corrupción de una clase dirigente se pueda considerar un delito de carácter político.

De la misma manera que podría descalificarse a Alvaro Uribe Vélez por la proximidad que siempre ha mostrado por los sectores de derecha, también se haría lo mismo con Gabriel García Márquez. En ambos casos hay una enorme intolerancia y añadiríamos “infamia” al plantear el deseo porque sean llevados al famoso infierno, así el mismo clero católico hable de él como un sitio inexistente. Lo importante es la “mala leche” que se destila en el comentario, que entre otras cosas no le hace nada bien al movimiento al cual pertenece.

Ni siquiera el doctor Fernando Londoño, quien ha sido implacable con los sectores que militan en la izquierda, ha planteado semejante despropósito frente a quien le ha dado gloria a nuestro país.

Estamos, sin duda alguna ante un “tiro por la culata”, pues el mismo uribismo ha salido a descalificar a la señora parlamentaria que mira con ojos de odio.