28 de marzo de 2024

Democracia, calidad y financiación en perspectiva en la Universidad de Caldas

24 de marzo de 2014

La recuperación de la consulta estamental para la designación de rector, la obtención de sendos resultados frente a contratación de docentes ocasionales, normalización de planta administrativa, tamaño de grupos, política curricular, financiación de matrículas de programas autosostenibles  y el desistimiento de Ricardo Gómez de postularse nuevamente a la contienda por la rectoría de la institución, significan los avances más importantes de los últimos años en cuánto a la democratización y la recuperación de la autonomía y el carácter público de la Universidad de Caldas.

Es mucho lo que queda por batallar en otros aspectos del pliego, que son sentidos por la comunidad universitaria como puntos centrales de la necesaria transformación de nuestra alma mater. La adopción de un nuevo sistema de matrículas que democratice el acceso a las capas menos favorecidas de la población y que a la vez no impida -por la vía de cobros excesivos- el ingreso de capas medias y altas a la institución, es todavía una tarea inconclusa luego de la nefasta modificación del 2011. Mientras la comunidad universitaria nacional -encabezada por la MANE y otras organizaciones- continua luchando por la gratuidad del sistema público de educación superior, la lucha en la Universidad de Caldas debe continuar hasta construir un sistema de matrículas justo, democrático y que refleje la realidad económica de las familias caldenses y colombianas, tremendamente golpeadas por un modelo económico impuesto por quienes desde hace mucho deslindaron su destino personal del destino de las mayoría de los colombianos. La elección democrática de directores de programa, departamento y decanos y la fijación de periodos fijos, al igual que la consolidación de una política justa y duradera de vinculación y contratación de docentes ocasionales y catedráticos, constituyen avances democráticos que deberán alcanzarse con la persistencia en los argumentos y por medio de la lucha masiva, organizada y creativa.

En medio del inicio de la contienda para la designación de rector, no hay que dejar de resaltar como otro de los logros del movimiento, el hecho de que la baraja de candidatos a la rectoría este año tenga a siete personas que de una u otra forma han estado ligados a la institución, con lo que se da vuelta a la página de las elecciones de los últimos años en las que imperaron candidatos y requisitos externos que poco o nada tenían que ver con la organización universitaria pública. La comunidad universitaria deberá evaluar que candidatos han asumido o están dispuestos a asumir un programa y un equipo de gobierno orientado a continuar por la senda de la recuperación del carácter público de la universidad, robustecida el año pasado con el movimiento multiestamentario.

Aquellos que estén dispuestos a actuar bajo este único compromiso y garanticen que no serán continuidad de la saliente administración, fichas de la clase política tradicional o creyentes del dogma neoliberal, seguramente contarán con el respaldo de una comunidad universitaria, que en medio de proclamas, espacios asamblearios, movilizaciones, campamentos, discusiones y decisiones complejas, ha empezado a adquirir su mayoría de edad. Las elecciones estamentales del 4 de abril y la consulta para designar rector del 24 del mismo mes, pondrán esto a prueba.

Coletilla: rechazo total debe merecer el inquisidor “llamado de atención” recibido por los docentes ocasionales del departamento de antropología y sociología por parte del director de esta unidad académica. Falta de rigor, subjetividad desorbitada y sesgos anticientíficos se evidencian en la mal llamada evaluación docente que se les realizó. Todo mi apoyo a los docentes ocasionales de este departamento que de forma determinante, con responsabilidad, dignidad y compromiso profesional, han acompañado y guiado mi desarrollo académico y el de cientos de jóvenes más en estos dos programas académicos. Esta es otra de las razones por las que cobra importancia la elección democrática de directivas académicas en la institución.

Coletilla 2: muy grave que las directivas de la institución, sin importar lo pactado el año pasado en medio del paro multiestamentario, intenten de nuevo incrementar el número máximo de estudiantes por curso. Esperamos que los miembros del Consejo Académico actúen con responsabilidad y honren la palabra que empeñaron el año pasado a la hora de firmar un acuerdo que ya ha empezado a demostrar avances importantes en términos pedagógicos y académicos. Esta corporación deberá demostrar con hechos si su prioridad es la calidad académica de la institución o no.

*Representante Estudiantil Consejo Superior Universitario
Universidad de Caldas