14 de octubre de 2024

Gerente de la Federación invitó a los exportadores a trabajar conjuntamente en beneficio de los cafeteros

14 de noviembre de 2013
14 de noviembre de 2013

 

“El diálogo entre nosotros debe ser cada vez más fluido porque muchos de nuestros retos son comunes y cubren temas tan amplios como la comercialización, la formalización y la sostenibilidad de la cadena”, dijo Muñoz Ortega. “Para todos los aquí presentes es evidente que sin una caficultura competitiva no hay negocio para nadie, ni para el productor ni desde luego para el exportador”, enfatizó.

El Gerente General de la Federación aprovechó la reunión con los exportadores, responsables de la comercialización externa del 70% del café de Colombia, para invitarlos a participar en la entrega de los recursos otorgados por el gobierno bajo el programa de Protección al Ingreso Cafetero-PIC, tal como se hizo en el pasado cuando funcionó el Apoyo Gubernamental a la Caficultura-AGC.

“Se trata, entonces, de ser creativos en lograr una cooperación armónica para que, conociendo e incorporando las enseñanzas del pasado, podamos conjuntamente distribuir estos dineros con base en café físico verificable al momento de la exportación, sin incurrir en el riesgo de recirculación de los inventarios que ya cobraron PIC”, resaltó el dirigente gremial.

Muñoz Ortega recordó durante su discurso que en poco más de un año la FNC ha procesado más de 3,8 millones de facturas, de las cuales se han pagado el 97%, por valor de $885.000 millones de pesos, recursos desembolsados en 583 municipios cafeteros en 21 departamentos.

“Creo firmemente que ninguna otra organización distinta a la Federación habría podido asumir semejante reto y que, de no haberlo hecho, los cafeteros de Colombia enfrentarían una situación aún más compleja de la que ya de por sí viven”, advirtió.

Transformación y caficultura competitiva

Otro de los temas tratados por el doctor Muñoz durante la Asamblea de Asoexport fue la necesidad de seguir transformando conjuntamente el sector para hacer de la caficultura una actividad rentable y competitiva.

“Un segundo tema que quisiera compartir con ustedes es el que se refiere a la transformación, palabra que en la búsqueda de una caficultura competitiva adquiere un peso decisivo. La transformación institucional, siempre tan necesaria, es una de ellas. No podemos ignorar que ya se han dado cambios sustanciales en este campo. Cabe solo recordar que la Federación se convirtió en un facilitador de iniciativas público-privadas que apalanca recursos de diversas fuentes para financiar bienes públicos cafeteros, a la vez que redujo en los últimos años su nómina total en un 37% y en la oficina central en el 75%”, expuso.

El Gerente de la Federación recordó cómo se ha venido transformando la estructura productiva cafetera al punto de haber logrado en los últimos cinco años haber renovado más de 2.800 millones de árboles. Y destacó los siguientes resultados logrados gracias al gran esfuerzo y compromiso de los cafeteros en la renovación de sus plantaciones. Hoy:

o        El 78% del parque cafetero es tecnificado joven (754 mil hectáreas).

o        El 58% está sembrado en variedades resistentes (564 mil hectáreas).

o        La densidad de siembra se incrementó en 8% pasando de 4.642 a 5.015 árboles/ha.

o        El número total de árboles sembrados se incrementó en 17% (703 millones de árboles nuevos).

o        La edad promedio de los cafetales del país bajó de 12,4 años en 2008 a 8,2 años en octubre de 2013.

o        La incidencia de roya se redujo del 30% a 4%, el resultado final es que la productividad de este año es superior en 35% a la del 2012.

“Me atrevo a afirmar que no es posible encontrar un sector, dominado por pequeñas plantaciones dispersas en todo el país, que haya enfrentado e implementado un proceso de transformación productiva de semejante dimensión y con similar éxito”, destacó.

Costos de producción y necesidad de políticas macroeconómicas

Por otra parte, el dirigente, al analizar a la Colombia cafetera junto con los exportadores, insistió en que no se debe olvidar que los costos laborales en Colombia representan cerca del 60% del costo de producción del café en regiones que no se pueden mecanizar, como lo son nuestros Andes.

Vale la pena recordar que los costos de producción en Sur América (1,5 US$/hr) representan más del doble de lo que son en Asia (0,7 US$/hr) y África (0,3US$/hr) y por lo menos el 50% más que en Centroamérica (0,98 US$/hr).

Y que entre 2008 y 2013, el salario mínimo en Colombia subió 35% y en términos reales 20%, ubicándose alrededor de US$320. El valor de la mano de obra en Colombia es muy alto comparado con el valor del salario mínimo en otros países productores: En Vietnam es el 16% de Colombia (USD50); en Indonesia el 38% (US$123); en México 47% (US$149) y en Perú el 87% (US$279).

A la hora de hacer los cálculos de los costos de producción se deben tener en cuenta otros costos relacionados, como la fertilización, el mantenimiento de los cultivos, los insumos, el transporte, el combustible, el manipuleo, la comercialización, entre otros.

“Los cafeteros colombianos han actuado decididamente para mejorar la productividad, que es el factor que pueden controlar, mientras que los costos laborales, el precio de los agroinsumos, el manejo de la tasa de cambio y el precio externo del café se escapan de su control y requieren medidas de política macroeconómica de un mayor alcance”, explicó.

Como la volatilidad del precio externo escapa al control del productor, afectando la rentabilidad, para mejorar la competitividad el Gerente General de la FNC consideró clave ampliar los esfuerzos en los siguientes frentes:

o        Mantener la transformación productiva que ya se está haciendo.

o        Conseguir mayor estabilidad macroeconómica que permita controlar el costo de los agroinsumos, frenar la revaluación y gestionar los costos laborales sin afectar la calidad de vida del trabajador/productor.

o        Mejorar la competitividad del país con inversión en educación, ciencia y tecnología, infraestructura y vivienda, con mayor equidad y sentido de desarrollo rural.

“Estoy convencido de que a la hora de discutir nuevas ideas, nuevas estrategias y antes de afirmar a fe ciega que las canéforas son la panacea para nuestra caficultura, debemos primero estar seguros de procurar el bienestar del actual productor cafetero y asegurarnos de que el café de Colombia siga siendo diferenciado y fortalezca su capacidad de capturar mayor valor. Esta es sin duda una línea coherente y un reto común, en el que no nos podemos equivocar”, puntualizó.

“Esta, entonces, es una oportunidad de oro para seguir fortaleciendo nuestras instituciones, para exportar con mayor ahínco y calidad nuestros productos a más naciones del mundo. Un país con tanta riqueza debe promover alianzas entre sus productores y exportadores. No es el momento de incentivar las rencillas parroquiales ni de destruir nuestro patrimonio. Es el momento de aprovechar las circunstancias y de construir entre todos una mejor Colombia”, concluyó.