El doctor Pachito Santos es un hombre bueno.
Yo intenté de todas formas hacerlo pero el resultado no fue muy satisfactorio que digamos. Y en efecto, cuando entré a jugar un partido en un campeonato regional, gané el partido y entonces se me acercó el ya muy conocido “Kokorico”, Germán Hernández, me tendió la mano y me dijo: “Lo felicito, tiene un revés muy bueno”. Yo me quedé pensativo y luego le respondí: “Oiga, pero fue precisamente por el revés, donde más fallas tuve”. Y entonces, sin inmutarse me respondió: “Por eso, es que tiene un revés muy bueno, o sea, no le hace mal a nadie”. Sin comentarios.
Traje a colación el asunto porque en días pasados hubo el lanzamiento del libro escrito por el doctor Pachito Santos, con un título bien sugestivo, pero imagino que no tan digestivo: “Rebelde con causa”. Y al respecto el doctor Uribe, cuando hizo la presentación del libro, se refirió a Pachito Santos como un “hombre bueno”. Hombre bueno que puede significar que no le hace mal a nadie, pero eso sí, manda a que hagan cuando planteó que la fuerza pública debería aplicar choques eléctricos para controlar las manifestaciones públicas.
Pero también puede ser que “hombre bueno” signifique que no ha hecho nada malo, pero que tampoco ha hecho nada como para que se le pueda reconocer algún mérito, como quedó demostrado cuando fue vicepresidente del doctor Uribe y se dedicó a viajar a dar declaraciones que luego entraba a rectificar.
Eso sí, en aras de la verdad, hay que reconocerlo, es un experto en videojuegos tal como lo han dicho en la “Luciérnaga” en muchas ocasiones cuando entrevistan a su imitador.
Así las cosas, el doctor Uribe le está apostando a la presidencia de la República con una ficha que no le hace mal a nadie, y para el Senado con su asesor estrella que no se para en mientes para pelear en el campo en que lo citen, porque para ello sí es experto, en la medida que tiene maestros por todos los lados.
El panorama no es nada halagüeño: un presidente que a veces sí pero no y otras, no, pero sí. Y además con una enfermedad descubierta por un alemán que no le permite recordar lo que dijo el día anterior y mucho menos lo prometido en campaña en cuanto a que no subiría los impuestos. Pues ya, por medio de su Ministro de Hacienda ha hecho la más fácil: meterle la mano a las mesadas de los pensionados y anda haciendo las “vueltas” necesarias para un nuevo impuesto a quien realice consignaciones que superen los diez millones de pesos. Como quien dice, no basta el ya odioso cuatro por mil que llegó supuestamente para ser cobrado en coyuntura específica y le cayó la maldición del padre Cañarte y se quedó.
Y la otra opción no puede ser más terrorífica: que llegue al poder nuevamente el doctor Uribe para que en cuerpo ajeno, léase Pachito, sea manejado como el cómico venezolano (no Maduro) maneja a Lalo.
Porque del lado de los “Verdes”, hace su aparición el doctor Peñalosa, un hombre que en materia de simpatía le gana José Obdulio. Y si del mismo movimiento Verde se trata, la figura del doctor Navarro está como para hacer lo que hace Lucho Garzón y el Vicepresidente del mismo apellido: echar agua en los incendios sindicales.
Entonces, ¿Quién podrá ayudarnos?.