3 de octubre de 2024

La salud y la movilización nacional

30 de octubre de 2013

Y los trabajadores del sector entendieron las graves consecuencias de la aprobación de una ley que no modificó nada del poder y del negocio a costa de las vidas humanas, para las EPS, a las que tan solo se les cambia el nombre, a gestoras, pero que ahora tendrán la autorización de negar más servicios de salud, y con una limitación a la acción de tutela, decidirán quién vive y quién muere en Colombia. Todo por el negocio.

Los aspectos centrales para esta movilización y operación reglamento, además del anterior, son los del fin de los estudios especializados de medicina en universidades, y ahora quienes atenderán a nuestros hijos tan solo tendrán brochazos en hospitales, donde no hay recursos y con poca calidad.

Existe un malestar social generado por la ineptitud consentida del Gobierno nacional, al violar todos los principios constitucionales y rectores de cualquier estado de derecho, como es el de hacer bienes generales para el bien común, y no específicas y direccionadas al beneficio de los grandes poderes económicos que hacen de la salud su negocio particular.

Y haciendo un análisis profundo, presento a continuación los 9 aspectos centrales de una reforma que no cambia nada para beneficio de los colombianos y perpetúa y ahonda el bolsillo de los intermediadores de la salud, que encarecieron y juegan con la vida de los colombianos. Son 9 aspectos que son transversales y configuran la actual iniquidad del sistema de salud:

1. Conducta ilegal e inmoral de los actores del sistema y conflicto de intereses.
Con la figura de los recobros se desfalcó al sistema de una manera oprobiosa involucrando el Estado, a las EPS, pero también caímos en el juego de grandes monopolios de los medicamentos, que empezaron a venderlos a unos precios excesivos, por ejemplo, con cláusulas como la de los derechos intelectuales de los medicamentos en el TLC con Estados Unidos. El recobro por medicamentos vale 100 mil millones a casi 1.8 billones en manos de 5 años.

A través de personerías jurídicas fachadas, dicha multinacional desfalcó al sistema en el juego perverso entre EPS y el recobro: comprar un medicamento a un precio y recobrarlos 10 veces más caro.

Y es tal la situación que otros estamentos de la sociedad recriminaron esto que ocurre: este documento de 2010 lo firman monseñor Fabián Marulanda, el Cardenal Pedro Rubiano, José Fernando Isaza, Francisco Rossy, e identifica claramente los problemas de los recobros y cómo Colombia podría adoptar las medidas para que la gente tuviese salud de calidad y acceso a los medicamentos. Pero caímos en la trampa y aunque reconozco que el ministro Gaviria ha intentado regular con unos precios, lo hace solo en 38 componentes activos, muy poco frente a la universalidad de componentes activos que utilizan los colombianos en 112 marcas.

El conflicto de intereses quedó evidenciado con lo que ocurre. El Fiscal General de la Nación, aún no toma decisiones concretas frente al escándalo y desfalco de Saludcoop, y no quiero pensar es porque él fue abogado de ese grupo cuando estalló el sistema. No hubo impedimento alguno, ni ético, moral, o legal sobre su relación directa con Saludcoop, pero sí demuestra celeridad, como su enfrentamiento contra la Contraloría General de la República.

2. Talento humano precarizado.
Ya escuchamos lo del paro que anuncian los trabajadores de la salud a partir del próximo miércoles. El personal de la salud se ve amenazado con la precarización profesional, malos salarios, ausencia de pago de lo legal y cero controles de las autoridades del ramo que son totalmente decorativas. La reforma ahora permite que los médicos especializados que atenderán a nuestros hijos será cualquier estudiante de bajo nivel que aprenderá en hospitales donde no hay recursos ni medios para una enseñanza de calidad.

Es por eso que entran a cese de servicios como consultas externas y mantienen únicamente los vitales, como las urgencias.

3. Crisis real y no inventada.
El Gobierno niega que exista una crisis real, pero en todos los debates, foros y declaraciones que hemos sostenido y evidenciado con cifras que no se pueden negar, tan solo guarda silencio, o lo vuelven personal.
El desmejoramiento progresivo de la salud pública es innegable: cada año en Colombia hay detectados 1.169 casos nuevos de cáncer en menores de 14 años, según la Organización Mundial de la Salud, y 500 de esos casos mueren, según los mismos datos del Instituto Nacional de Salud y del ministerio.

Se desconoce el perfil de morbilidad real atendido en Colombia, aumenta el nacimiento de niños nacidos con baja de peso, los embarazos adolescentes están totalmente descontrolados, y aumentó la muerte por hipertensión arterial y sobrepeso y obesidad.

Y el ciudadano tiene que enfrentarse con barreras enormes para poder acceder al servicio de salud, como la negligencia en la autorización de servicios, los copagos, las urgencias colapsadas, el paseo de la muerte.

4. Carencia de trazabilidad contable y administrativa.
La salud es un negocio garantizado. En cuanto a los precios de referencia de medicamentos, no hay trazabilidad entre los costos de genéricos, importaciones y precios de mercado.

Como quedó la reforma se le entregará un promedio de 100 mil afiliados a cada nueva EPS, o «Gestora», y la norma impuesta por el Gobierno y sus bancadas acaba la competencia regulada con los decretos de la Superintendencia Financiera dejando el camino abierto a los grandes grupos económicos.

5. Ausencia de un sistema de información.
Sin un sistema de información veraz y oportuna difícilmente se logrará controlar el gran volumen de facturas que deberá auditar Salud Mía, por lo que podríamos pasar de los recobros fraudulentos a su formalización y pago directo.

Esa desinformación y vacíos provoca el caos y abre el espacio para los corruptos que se adueñaron del sistema. Por ejemplo, si la ampliación del POS no tiene una planeación administrativa y financiera, sin un ajuste de las normas contables y un sistema de información veraz y oportuna para la toma de decisiones, la creada Salud Mía será un bolsillo roto.

6. Impunidad.
La gente está fatigada del sistema de salud en Colombia. Falta de voluntad política y de justicia para actuar. Hoy, después de tres años que no se ha impugnado la decisión de la Superintendencia, no veo la decisión del Fiscal General en profundizar las investigaciones. Para mí hay responsabilidades penales y no las veo aceptadas y menos ejecutadas.

Hace unos meses tuvimos un debate con el ministro Gaviria. Le envié un derecho de petición sobre una información al fiscal, se demoraron más de tres (3) meses en contestarlo, sobre cuál era el avance en la investigación, en qué estábamos en Colombia. Para mí queda el fiscal queda debiendo.

Quisiera que con la misma voluntad que el fiscal está haciendo la investigación contra la Contraloría General de la República y tiene todo su derecho, ojalá lo hubiera hecho contra las EPS ¿Por qué no lo ha hecho?, ¿Tendrá conflictos de intereses?, ¿qué le impide hacer y destinar personal a las investigaciones de fondo sobre lo que pasó con los dineros de la salud? No lo sabemos, pero solamente les digo que mientras en la Contraloría ha habido dos allanamientos, han retenido no sé cuántos documentos, aún no se ha podido esclarecer la responsabilidad sobre el ‘embolsillamiento’ de $1,2 billones con los que se quedó SALUDCOOP.

Solo reconozco al Procurador General de la Nación, que colocó una pena al representante legal de SALUDCOOP, pero, a pregunta es: ¿dónde está la Fiscalía General de la Nación, las demás investigaciones, y donde están las responsabilidades de las instituciones públicas del país? Lo sucedido no fue la actuación de una sola persona.

7. y 8. Deshumanización y Determinantes de quién tiene salud y quién no.
Estamos ante un borrón y cuenta nueva, la repotencialización de las EPS, donde solamente se les cambia el nombre. Si se revisa la Ley 100, las funciones de las EPS son las mismas para las gestoras de esta nueva norma.

Con la aplicación de esta ley vamos a generar duopolio a cada área de gestión sanitaria. Salvo la empresa SURA, que es la única que reconozco no está en el pacto macabro de las EPS, las compañías más grandes y más resistidas y pésimas en la atención al ciudadano van a continuar con el manejo del 90% de la población.

Creo en la competencia a diferencia de mucha gente que la pregona y los entiendo también. Creo en el ánimo de lucro, pero no en uno que sacrifica los derechos de la gente simplemente para tener mayores utilidades.

Nadie sabe de dónde, ni con base en qué, ni cuál criterio se usó para definir que cada EPS o gestora –son lo mismo- van a obtener el 10% de los recursos por administración. Tan solo el sistema de regímenes subsidiados desde mucho tiempo cobra mucho menos del 10%.

Entonces ¿de dónde salió la cifra del 10%, a razón de que?
El peor problema que tienen hoy en esta reforma es dejar de sentir el sufrimiento de la gente de la calle, ese es el gran problema porque hay que estar enfermo, como mi tía esperando su tratamiento para el cáncer y morir antes de tenerlo.

Hay que estar en los zapatos de la gente humilde que tiene las barreras de acceso y que solo le entregan ibuprofeno. Hay que estar en los zapatos de los niños con cáncer.

Pese a nuestra disposición como colombianos a resistir las enfermedades, no hay quien se interese por la salud de la gente y no hay continuidad en los tratamientos.

Los niños en Colombia tendrían la misma capacidad de supervivencia si existiera una empresa que se preocupara por entregarles los medicamentos a todos.

9. El modelo es un negocio a costa de la salud de los colombianos.
Aquí no estamos defendiendo el modelo cubano de salud ni hemos pensado tampoco en regresar al sistema de salud pública caótico de hace 20 años. Nuestro interés es defender la preservación del primordial de los derechos de la constitución, como es la vida.

Estoy de acuerdo, el incentivo económico está mal ubicado porque saludes un concepto muy amplio. Salud no solo es la creencia de ir al médico al sentirse mal o estar enfermo. Salud es prevención, promoción, salud pública, atención primaria en salud, trabajo, agua potable, capacidad de tener actividades lúdicas. Temas todos centrales que no quedaron reglamentados en la ley.

Desde la pasada ley 1438, de 2011, y nunca reglamentada y cambiada por este esperpento, se viene hablando de atención primaria, salud pública, pero es un himno a la bandera. Toda la plata de la ley 1438 quedó bloqueada en el sistema, no ha habido posibilidad de ejecutarla y siento que la actual no logra invertir la carga en términos de salud.

No se puede mantener este modelo. No tenemos forma alguna de pensar que sea esta la solución porque no se logran lastimosamente sacara los inmorales del sistema, sino que se les avala y fortalece.

En fin. La conclusión es que los vacíos enormes dejados de llenar por el Gobierno, por intereses que cada día son más claros, y son los de favorecer a grupos económicos privados, van a someter a la población colombiana a un calvario peor al que ya venía aguantando. La informalidad, los TLC, la evasión de impuestos y vulnerabilidad del país ante la fuga de capitales al exterior, pueden dejar sin recursos al régimen contributivo de salud.