28 de marzo de 2024

Gravidez, inquebrantable-infranqueable, mejora-mejoría, concordancia

16 de octubre de 2013
16 de octubre de 2013


¿Habrá pecados leves y pecados grávidos? ¿Y delitos grávidos? Parece que sí, según la afirmación del columnista César Montoya Ocampo: “Tiene peso distinto cuando el que mata es un campesino elemental y de mayor gravidez si el sindicado es un hombre culto” (LA PATRIA, 2679/2013). Pero erró el tiro el escritor, porque, aunque tienen alguna relación, no se pueden confundir ‘gravedad’ y ‘gravidez’. En efecto, este último sustantivo viene del adjetivo latino ‘gravidus’, que sólo significa ‘cargado, lleno; embarazada, preñada’, por ejemplo, de Virgilio, “gravidus stipes nodis” (tronco cargado de nudos), y, del  mismo poeta latino, “gravidae pecudes” (ovejas preñadas). De aquí que, en castellano, ‘gravidez’ sea sinónimo de ‘preñez’. ‘Gravedad’, en cambio, viene del adjetivo latino ‘gravis’, que tiene todas las acepciones del mundo: ‘pesado, grave; cargado de, lleno; poderoso, fuerte; bajo, sordo (voces o sílabas); peligroso, mortal; enfermo, agravado; digno; severo, riguroso; nauseabundo, penetrante; embarazado, molesto’, etcétera. En castellano abundan también sus sinónimos; de ‘gravidez’, sólo tres, a saber, ‘embarazo, preñez, gestación’. Poéticamente, dice El Diccionario, ‘grávido-a’ se puede usar por ‘cargado, lleno, abundante’. De manera, pues, que no; no, señor Montoya, en su afirmación no se puede confundir la ‘gravidez’ con la ‘gravedad’. Tome, entonces, nota de ello. ***

En semejante confusión de términos cayó también el valiente columnista Jorge Enrique Pava Quiceno en la siguiente pregunta: “¿Porque se trata de alguien que ha demostrado una lealtad infranqueable con Álvaro Uribe Vélez?” (LA PATRIA, 27/9/2013). Me parece, de acuerdo con el contexto, que en ella confunde ‘infranqueable’ con ‘inquebrantable’, dos adjetivos con acepciones muy distintas: Con ‘infranqueable’ se califica algo que es imposible de ‘franquear’ (“Abrir camino, desembarazar, quitar los impedimentos que estorban e impiden el paso de algo”); ‘inquebrantable’, en cambio, es algo “que persiste sin quebranto, o no puede quebrantarse”. Sinónimos de ‘quebranto’ son ‘pérdida, perjuicio, detrimento, quebrantamiento, debilidad…’; y de ‘quebrantar’, ‘quebrar, romper, tronzar, tronchar, violentar, vulnerar…’. Consideradas estas nociones, fácilmente se colige que la ‘lealtad’ de que habla el columnista es ‘inquebrantable’, es decir, ‘irrompible’, que no se puede romper o sufrir menoscabo. A toda prueba, en tres palabras. No obstante, algún paisano malicioso podrá preguntarse si entre políticos existe de verdad la ‘lealtad inquebrantable’. ***

En su misiva al Correo Abierto de LA PATRIA, el señor Alexander Álvarez Giraldo escribió: “…sus recomendaciones de corte pedagógico deben ser tenidos en cuenta para la mejoría de la calidad de nuestra universidad” (27/9/2013). No menciono la incorrecta concordancia del sustantivo femenino ‘recomendaciones’ con el participio pasado masculino ‘tenidos’, porque es tan evidente, que pudo ser un  lapsus de digitación. Traigo a colación esa frase para analizar la propiedad del empleo en ella del término ‘mejoría’, y si en lugar de éste debió echar mano de ‘mejora’. Si nos atenemos a sus significados primarios, el vocablo que expresa mejor la idea del corresponsal es ‘mejora’, cuya definición es ésta: “(De mejorar). Medra, adelantamiento y aumento de algo” (El Diccionario). ‘Mejoría’, según la misma fuente, es: “(De mejor). Alivio de una dolencia, padecimiento o enfermedad”. Así, el empleado ascendido, el edificio restaurado y la universidad que contrata profesores eminentes alcanzan ‘mejoras’; y el enfermo al que le reducen el grado de fiebre obtiene una ‘mejoría’. En su Diccionario de Dudas, don Manuel Seco asienta esto: “‘Mejoría’ es, en general, sinónimo de ‘mejora’; pero ‘mejoría’ es, especialmente , ‘alivio de una enfermedad’; y ‘mejora’ es ‘aumento o progreso’ ”. Jacinto Cruz de Elejalde dice lo mismo de esta manera: “La idea que expresa el término ‘mejora’ es más extensa que la idea que expresa el término ‘mejoría’”. El Diccionario, valga la verdad, le da a ‘mejoría’ estas otras dos acepciones: “2. Ventaja o superioridad de algo respecto de otra cosa. // 3. Aumento o medro de algo”. Sin embargo, y para no enredar más este ovillo, lo mejor es hablar de ‘mejoría’ solamente cuando se trata del progreso en el alivio de una enfermedad. Lo dice Roque Barcia en su libro Sinónimos Castellanos: “ ‘Mejora’ se refiere al estado, a la condición. ‘Mejoría’, a la salud”. Y así, todos contentos, enfermos y amantes del buen castellano. ***

“A ningún colombiano le gustó perder ese mar…”, es la construcción castiza de tal afirmación.  Pero el señor Alejandro Samper Arango la redactó de esta manera: “A ningún colombiano nos gustó perder ese mar…” (LA PATRIA, 23/9/2013). La falta de concordancia en ella es tan evidente, que me avergüenza explicarla. No obstante, ya que es tan común, expondré por qué es incorrecta: ‘Ninguno-a’ (apocopado en la cita por preceder a un sustantivo masculino) es un adjetivo indefinido singular de tercera persona, que, por ello, debe concordar con un pronombre de la misma persona y del mismo número, como en la muestra que introduce este párrafo. Con un antecedente plural, el pronombre debe concordar con él en plural, por ejemplo, “a nosotros los colombianos no nos gustó perder ese mar”. Elemental.

La VEINTITRÉS: Su enfermedad es como la conocida por Alzheimer: progresiva e incurable.