28 de marzo de 2024

El único regalo que recibí en mi Primera Comunión fue Alí Babá y los cuarenta ladrones: Omar Adolfo Arango

11 de octubre de 2013
11 de octubre de 2013

caratula del principe de chia
Su autor, nacido en Tulúa, estudió Filosofía y Letras y luego partió del país en busca de nuevos horizontes, hasta que se radicó en Canadá donde actualmente reside. Vino al país a presentar su libro, opción que aprovechamos para dialogar con él.

– ¿Cuáles son los libros que más recuerda haber leído en su infancia?

– De niño devoraba historietas, muy en especial Tarzán y Santo, el Enmascarado de Plata. Tan solo a los 12 años leí el primer libro; me parece tenerlo en mis manos porque fue el único regalo que recibí en mi primera comunión: Alí Babá y los cuarenta ladrones.

– ¿Leía más historia que literatura?

– Como profesor universitario, leí filosofía y teoría de la historia. Aparte de mi cátedra, ya entre las bellas artes, elegí la literatura no solo como entretenimiento sino como disciplina humana.

– ¿Qué recuerdos tiene la lejana Tuluá?

– Vívidos recuerdos que describo en Los dos sabores de la carne otra de mis novelas.

– ¿Por qué resolvió estudiar Filosofía?

– La filosofía formó parte de mi educación preliminar a la teología. Abandonada la universidad de la iglesia, me especialicé en la primera disciplina citada de la cual fui profesor durante 20 años.

– ¿Qué lo impulsó para ir a probar suerte fuera del país?

– Lo que impulsa a todo emigrante. Parodiando el primer párrafo de la Vorágine, diría

– que “jugué mi corazón al azar y me lo ganó la aventura”.

– ¿Qué significó y significa en su vida Martin Luther King?

– Martin Luther King como líder: logró que los negros ganaran su primera batalla: the self respect (el auto respeto) inyectándole así una nueva mentalidad al negro estadounidense.

Como estratega y pensador, supo tomar lo mejor de la filosofía de la no violencia de Gandhi y la desobediencia civil de H. D. Thoreau.

Como apóstol, lo admiro por su compromiso, hasta la muerte, con su pueblo.

– ¿Cómo recibieron, especialmente los estadounidenses, este trabajo biográfico?

– Traducida la obra al inglés, recibí de Coretta Scott King, su viuda, invitación al Martin Luthter King Center, Georgia, Atlanta,  en una carta de gratitud en 1980.

– ¿Por qué la leyenda de Juan Valdés?

– La Leyenda de Juan Valdés, son crónicas de la vida de un pueblo, fruto de la colonización antioqueña y, a la vez, radiografía de la realidad colombiana. Forma parte de los libros latinoamericanos materia de estudio en la Universidad de Toulouse, Francia, por los profesores Jacques Gilard y Jean C. Tulet en su libro La fleur du Café.

– ¿Qué lo llevó a escribir El Príncipe de Chía?

– Siempre me fascinó Yo Claudio del escritor inglés Robert Graves. Me propuse escribir una obra semejante, incluso en primera persona, como la cuenta el emperador romano.

– ¿Tomó en algo la estructura de Gary Jennings y su novela Azteca?

– Entre Comagre y Mixtli podría haber similitudes ya que ambos narran costumbres de su pueblo y su grandeza pasada puesto que son personajes precolombinos y, a la postre, ambos viven el enfrentamiento de esos dos mundos con sus fatales consecuencias. Pero estimo que hay muchas diferencias sobre todo en el planteamiento de la historia desde el punto de vista de su sustancia, forma y estilo. La obra de Gennys la considero extraordinaria.

– ¿Es un libro para todo tipo de lectores?

– Sí, por supuesto.

– ¿Qué lo atrae de la novela histórica?

– Porque como novelista histórico, puedo meterme en la piel de un personaje como Comagre hasta llegar a las entrañas de su regia civilización y narrar su fabuloso mundo como propio.