59 menores se fugaron de Centro de Rehabilitación en Cali
Según el comandante de la Policía de Cali, coronel Hoover Penilla, la fuga se realizó hacia las 5:20 a.m., de este lunes, dejando a 59 menores evadidos de los cuales 29 fueron recapturados.
Personería y Policía hacen presencia en el Centro de Formación con el fin de aclarar las condiciones en las que se escaparon los adolescentes y hacer un conteo final del número de evadidos.
En medio de las labores de conteo de los adolescentes, el comandante de la Policía de Cali, coronel Hoover Penilla, afirmó que el operador encargado del Centro, los Religiosos Terciarios Capuchinos, son incapaces de manejar a los adolescentes infractores.
«Esto se le ha salido de las manos al operador, de modo que ellos mismos han decidido renunciar a dirigir el Centro y solo estarán a cargo hasta diciembre próximo», indicó Penilla, quien agregó que el Icbf no ha hecho presencia en el lugar.
Esta nueva fuga, la segunda que se presenta en menos de un mes luego de que el pasado 28 de septiembre 40 jóvenes se escaparan, viene a sumarse a la crítica situación de los menores infractores denunciada por varias instituciones.
Ante las reiteradas evasiones, el Icbf ha propuesto la construcción de un tercer centro de menores infractores en el Valle en Buga, pero algunos sectores de esa ciudad han manifestado su desacuerdo con el proyecto.
Según el director regional del Icbf, Jhon Arley Murillo, la responsabilidad de las continuas fugas en los centros de formación cae tanto en los operadores de los centros, como en el Icbf y la Policía.
«Lo que pasa es que hay una corresponsabilidad mal manejada: todos somos responsables, pero nadie responde de igual manera», afirma Murillo, y continúa, «(…)Lo complicado está en que el número de policías que históricamente se designa en los centros no es suficiente, por ejemplo, hoy en Valle del Lili solo hay cuatro agentes para custodiar 350 jóvenes y eso a pesar de que la Policía había asumido un compromiso de tener ocho policías, pero no han cumplido».
Además de tal problema de vigilancia, dice Murillo, hay un problema de hacinamiento que no solo se presenta en los Centros de Formación, sino en los Centros Transitorios.
De hecho, el pasado 3 de octubre, un juez de la ciudad ordenó el cierre del Centro Transitorio Crecer en Familia, por las condiciones de hacinamiento del lugar.
Para Murillo, el problema fundamental está en el aumento de la delincuencia juvenil en la ciudad, pues, según dice, «en Cali se aumentan los cupos para menores infractores e inmediatamente se llenan, lo que quiere decir que en vez de disminuir el delito protagonizado por menores, se aumenta. Son en promedio 220 jóvenes que se detienen y que pasan por el sistema mensualmente y de esos el 30 % son privados de la libertad».