“Retrospectiva del sector edificador: ¿qué ha pasado desde que arrancó la locomotora de la vivienda?”
A diferencia de otros sectores, nuestra actividad, por su efecto tractor y su impacto social, puede leerse desde muchos frentes., sin embargo, por donde se vea, hoy existe un gran número resultados positivos para el sector edificador de vivienda, su cadena de valor, la fuerza laboral y, desde luego, los hogares beneficiarios.
En primer lugar, en los últimos tres años hemos experimentado un cambio sustancial en la escala de producción de vivienda. Esto se ha reflejado en un 52% de crecimiento frente al periodo anterior y ha significado una reducción de 16 puntos porcentuales en la histórica brecha entre la formación de hogares y la producción formal de vivienda, cifra que tiene un impacto muy positivo en la lucha contra la construcción informal y el incremento de asentamientos irregulares en las ciudades del país. Este positivo impulso ha estado acompañado de un dinamismo regional que, dando cuenta de su potencial, se refleja en crecimientos del orden de 97%, 131% y 60% en los casos de Magdalena, Córdoba y Cesar, por citar algunos ejemplos.
En segundo lugar, la generación de valor agregado en la actividad ha aumentado 31% (en términos corrientes), la tasa promedio anual de PIB sectorial se ubica en 5.4% y la participación del sector edificador en la estructura productiva del país llegó a 4%, superando levemente al periodo anterior. De igual forma, la generación de empleo en la construcción ha aumentado en 80.000 puestos de trabajo en el periodo de referencia, dinámica que se refleja en una reducción de -5% en la mano de obra cesante del sector; pese al bajo desempeño experimentado recientemente en algunas regiones del país con un peso relativo importante.
En tercer lugar están los vagones. La industria proveedora de insumos de construcción ha aumentado su participación en 6% sobre el total del la producción industrial del país, los despachos de cemento han crecido a una tasa promedio anual de 7% y los créditos para la financiación de vivienda nueva han aumentado su valor en 34%, llegando a 182.873 viviendas financiadas desde que la locomotora inició su marcha.
Esto no se queda solo en el sector edificador. Desde que se dio inicio con esta estrategia, las cifras oficiales muestran que 270.000 familias disfrutan de una vivienda de interés social nueva, 90.000 más que el periodo anterior, 45.000 han sido beneficiarias del subsidio a la tasa de interés para VIS y 5.253 para la compra de vivienda en estrato medio. Si se suman los 100.000 hogares que saldrán de la pobreza con el programa de vivienda plenamente subsidiada, los efectos crecen de forma exponencial. Esto desde luego ha contado con el fortalecimiento un marco regulatorio e institucional, como la nueva Ley de vivienda, que ha facilitado la participación del sector privado en estas estrategias.
Ahora bien, si la pregunta es qué falta para seguir creciendo, la respuesta natural es: muchas cosas. No obstante, no se debe olvidar que para seguir cultivando frutos en materia de vivienda, vale la pena hacer un alto, ver la historia reciente y aprovechar el terreno arado.