Natalicio del ex presidente López Michelsen. Homenaje liberal
Como ciudadano, abogado y militante de la doctrina liberal, me asiste el deber de referirme a la personalidad del ex compañero jefe, al profesor de derecho constitucional, al intelectual, al ensayista, al humanista, al intuitivo político, al estadista y analista que fue de los variados aspectos que determinan nuestra sociedad moderna.
Vástago de recias estirpes que se arraigaron vigorosamente en la historia política del país, heredando de los suyos el concepto del servicio en beneficio de la nación.
Se le recuerda por haber sido un pensador político que, cualquier concepto que se tenga de sus ideas, no puede menos de admirársele por su lucidez ilustrada, coherente y categórica, con una correspondencia perfecta entre lo que expresaba , pensaba y realizaba.
No hay duda alguna que Alfonso López Michelsen, constituyó una de las figuras centrales de la cultura política colombiana, durante los últimos 50 años, por cuanto , él mismo lo reconoció , llegó tarde a la política, a la edad de 47 años, una vez su ilustre padre se alejó del torbellino partidista
El país deberá recordarlo, como el atinado político que contribuyó significativamente a la resolución de la crisis de índole constitucional de 1968, durante la presidencia del Dr. Carlos lleras Restrepo, su contrincante histórico y al ciudadano que orientó la más importante disidencia del partido liberal, el MRL, en donde cuestionó todos y cada uno de los soportes del llamado Frente Nacional, liderado en esa época por los políticos de los dos partidos tradicionales, que durante 16 años se alternaron el poder y que si bien trajo la paz política al país, fue el inicio del desmoronamiento de los partidos, convirtiéndolos en colectividades repartidoras de puestos, canonjías y el ponqué burocrático.
Fue un repúblico integro y su presidencia del mandato claro, se caracterizó por los cambios estructurales al sistema tributario, sentando las bases para tratar de cerrar la brecha entre los más pobres de la sociedad colombiana y los más afortunados, correspondiéndole el manejo de la bonanza cafetera, con criterios de responsabilidad y juicio hacendístico
En política exterior promovió los acuerdos que llevaron en 1977 a la realización de una cumbre hemisférica en la que los Estados Unidos firmó el tratado mediante el cual se comprometía a devolver la soberanía en la zona del canal de Panamá, constituyéndose en puntal clave en esta devolución, removiendo el obstáculo constituido por los derechos de Colombia en esta vía interoceánica, que luego confirma nuestra Nación pocos meses después de terminar su período mediante el tratado Uribe Vargas – Ozores de 1979.
De igual manera le abre un espacio a Cuba al restablecer relaciones diplomáticas con este país, designando como embajador a su antiguo compañero de luchas partidistas Ramiro Andrade Teherán.
Ya, en su etapa otoñal, se refugió en sus escritos y columnas periodísticas, en donde reflexionaba y hacía reflexionar al país, sobre diferentes tópicos de la realidad nacional e internacional y hasta meses antes de su muerte, alentaba con su presencia las campañas del partido, en compañía de su inseparable la niña “Ceci”, porque entendía que la vigencia de la democracia, radica en unos partidos sólidos y vigorosos, que deberían estar en permanente contacto con la realidad social.
Durante su gobierno, se creò la comisión Echandìa, encargada de preparar un proyecto de acto legislativo cuyo propósito era convocar una Asamblea Constituyente para reformar el sistema jurisdiccional constitucional y reordenar el régimen departamental, apoyando con entusiasmo la idea de crear la Corte Constitucional, pero la oportunidad y la necesidad de esta innovación se frustra en sus objetivos por decisión controvertida de la Corte Suprema de invalidar ese acto de reforma a la carta política.
Bien conocida fue su posición frente al sistema judicial, cuando expresaba: “la supervivencia del régimen democrático no es posible sin la existencia de un orden jurisdiccional y, en general, de una organización estatal capaz de garantizar a los ciudadanos una pronta y cumplida administración de justicia.” Han transcurridos más de 30 años y la eficiencia y prontitud ha sido imposible de conseguir.
La paz y el acuerdo humanitario fueron sus banderas en sus últimos años de existencia, y sobre la primera bien conocida fue su célebre frase: “la paz es liberal”, aspectos estos que ojalá se concreten como homenaje a su memoria y lucha constante de alcanzar estos objetivos, para bien de la convivencia ciudadana y Colombia recupere la inmarcesible prestancia de su nombre como Nación devota del derecho, la igualdad y la libertad.
Este sería el mejor reconocimiento a quién se le considera como uno de los hombres más importantes del siglo xx, y de allí la trascendencia del acto político, social y académico, al que asistiremos complacidos porque se trata de honrar la memoria de quién en vida imprimió un derrotero de independencia y visión diferente de la política nacional.
Bogotá, Agosto 20 de 2013.