La incidencia de San Andrés en las próximas elecciones
Serrana habría sido la tumba política de Juan Manuel Santos si alguien con capacidad de convocatoria les hubiera mostrado a los colombianos el valor real de lo perdido en el entorno de los cayos y sin embargo hoy puede decirse que en la Isla de San Andrés si es redimida por él estaría la salvación de su carrera, lo mismo que una gran posibilidad de su reelección como Presidente a pesar de que permita y lidere en el país una economía de neoliberalismo salvaje y despiadado, que mantiene un alto desempleo, que les niega a sus pobladores el agua potable base irremplazable de la salud que siempre ha sido negocio rentable para unos cuantos mientras mueren centenares por incapacidad de pagar los altos precios de servicios mal prestados o de costosas drogas inocuas que alivian pero que no curan.
Una tumba política
Si, por la pérdida de soberanía sobre un territorio marino que debió ser defendido con inteligencia y acción por el gobierno colombiano, Serrana pudo ser la tumba política de Santos,, que lo es para muchas aves viejas que vuelan hasta este lugar cuando sienten que se les está acabando el aire, para morir en el cayo de seis cuadras de longitud por cuatro de ancho. Se dice con tanta exactitud porque allá estuvo quien hace estas consideraciones invitado por la Armada Nacional, no se sabe por cual razón, único periodista que cómo tal pudo tomar fotografías que conserva en su archivo, una de las cuales fue publicada con crédito por la revista Time, pagando una suma de dinero que lo dejó más que contento.
Un poco de historia marítima
Tres barcos de la Armada con 450 personas a bordo fueron a las cercanías de Serrana y luego unos 50 marinos llegaron hasta el cayo, donde debía ser izada la bandera por el Min guerra de entonces porque Estados Unidos en ese 1972 había devuelto a Colombia los derechos sobre los cayos y de los que se apropiaba. El ministro no pudo hacerlo por estaba embriagado en su barco.
Y hoy Santos sigue sonriente ante las cámaras de la televisión hablando de todo lo que le pueda dar votos de re elección o presto a las llamadas de la radio porque aquí, en Colombia, la oposición hasta ahora empieza a vertebrarse, es decir a tomar fuerza, gracias la prestancia política de Clara López Obregón y a la seriedad de planteamientos y debates del senador Jorge Robledo.
Si no fuere cierto lo que dice Gabo en el sentido de que en poco tiempo, tal vez unos quince días, los colombianos casi todo lo olvidan, si no fuere así Santos estaría más caído que el Jesús de Nazareth que muestran en el suelo cargando la cruz, es decir el Señor Caído.
Si le cumpliera a los isleños
Pero si Juan Manuel Santos les cumple a los nativos de la Isla de San Andrés una de las tantas cosas que anuncia como presidente los colombianos tal vez pensarían que pronto serían reconocidos como los dueños de una isla privilegiada, una de las más bellas de la tierra.
Los isleños y la prensa toda con el refuerzo de sus columnistas deben recordarle cada vez que puedan a Santos que haciendo desarrollo social y dotando a San Andrés de un moderno Plan de Ordenamiento Territorial será posible atraer a inversionistas nacionales e internacionales que hagan de este lugar uno de los mas apetecidos por los turistas de todo el mundo. Así como suena, de todo el mundo, inclusive de la China, porque lo que tiene en paisaje, mar, sol, brisa y ricas comidas con rumba no lo tiene fácilmente otra Isla.
Y eso aunque todos los gobiernos se han abstenido –han sido negligentes o muy pendejos o poco inteligentes— de hacer más playas hacia San Luis donde están los más bellos inolvidables paisajes de mar y cielo, construyendo unos diez espolones que valen menos que lo que se roba algún funcionario de Santos en una semana. Esa debe ser tarea nacional y no con locales. El presidente sabe por qué.
Echarle una mano a la Isla
Y que empiece el gobierno por dotar a la Isla de agua potable, de buena energía eléctrica, de incrementar los servicios de salud que ya se están mejorando con la presencia de médicos antioqueños, que terminen la pavimentación de la vía envolvente de la Isla, ya emprendida, y, en fin, que se haga soberanía disminuyendo las miserias que pueblan a San Andrés, miserias que se repiten en Cartagena, Santa Marta y en todos los “catatumbos” que a esta hora organizan paros con argumentos irrefutables.
El de Serrana es –deben advertir quienes hagan los recordatorios a Santos– un caso en el cual el país perdió 76 mil kilómetros de aguas marinas, ricas en corales, en pesca y segura cuna de petróleo, mucho más valiosos que los 75 mil correspondientes al pedazo del mapa que se nos escapó de las manos sin que nadie quisiera y pudiera impedirlo, lo que hoy se acredita como Panamá,
Conclusiones
Si Juan Manuel Santos cumple, allá en la isla y en todo el país, la gente seguramente olvidará tanto lo ocurrido como su gravedad y pensará en si debe re elegirlo, aunque realmente el hecho es inocultable e inolvidable para los pocos que siempre tendrán presente la inacción de 3 gobernantes –Andrés Pastrana, Alvaro Uribe y Juan Manuel Santos– que como 3 desaplicados compadres no tuvieron en cuenta que un borracho centroamericano había contratado abogados que lo representaran en La Haya y cuidarán del pensamiento que tenían unos jueces sobornables que hoy son sospechosos para todo el mundo por haber hecho algo que no debía hacerse:
TOLON TILIN
Encarcelar en el Caribe a tres cayos en 76 mil kilómetros de aguas que le servirán para calmar la sed al sobornador borracho nicaragüense en sus días de guayabo. Tres cayos que tienen que pedir permiso para comunicarse entre ellos o para tomarse un vaso de agua.