24 de abril de 2024

Ortega entregó en un tratado la soberanía nicaraguense a un chino

16 de junio de 2013
16 de junio de 2013

 

Eduardo Cruz

Uno de los hechos más “oscuros” de la historia de Nicaragua se registró el 5 de agosto de 1914, en el Congreso, cuando se aprobó el tratado canalero con los Estados Unidos conocido como Chamorro-Bryan.

Este hecho recobra fuerza en esta ocasión debido a que el Gobierno actual nuevamente hizo una concesión para la construcción de un Canal Interoceánico, esta vez no a una nación sino a un empresario chino.

Una posible pérdida de la soberanía ha producido fuertes temores entre la sociedad nicaragüense, que se libró del oprobioso Chamorro-Bryan en 1970, pero no quiere retroceder en la historia.

¿Qué fue el Tratado Chamorro Bryan?

Corría el año de 1914 y un Canal por Nicaragua suponía poner en riesgo las inversiones que los norteamericanos habían realizado en el Canal de Panamá. El 15 de agosto de ese año 1914 se iba a inaugurar el Canal panameño, pero los norteamericanos querían asegurarse de que Nicaragua no iba a construir otro Canal y temían que los ingleses o cualquier otro país europeo financiaran dicha construcción.

En la década de los años 1900, el presidente José Santos Zelaya había sido un “dolor de cabeza” para Estados Unidos, porque se oponía a satisfacer las exigencias de los norteamericanos para construir el Canal. Pero después del derrocamiento de Zelaya, en 1909 con la Nota Knox, los Estados Unidos lograron imponer un presidente en Nicaragua que estaba hecho “a la medida” de ellos: Adolfo Díaz. En 1912.

Con un presidente que obedecía órdenes de Washington, los Estados Unidos lograron firmar el 5 de agosto de 1914 un acuerdo con Nicaragua para construir un Canal. Emiliano Chamorro, embajador de Díaz en Washington, y William Jennings Bryan, secretario de Estado de los Estados Unidos, fueron los firmantes y quienes le dieron nombre. Estados Unidos estaba firmando el Tratado para no construir el Canal. Los norteamericanos no iban a construirlo pero tampoco iban a permitir que otro país lo hiciera y por ello hicieron que Nicaragua de manera perpetua les concediera el derecho exclusivo de construir el Canal. De esa manera, ningún otro país lo haría tampoco.

“Con el transcurso del tiempo se ha llegado a pensar que fue una omisión el no estipular plazo para la construcción del Canal; pues sostengo que la intención que tuvo Nicaragua y los hombres del Gobierno de esa época fue teniendo en mira la construcción del Canal; y nunca pensamos que estábamos dando una opción para no construir el Canal”, se justificó Emiliano Chamorro años después.

El historiador Antonio Esgueva explica, en el libro Taller de historia número 7, que con la firma del tratado canalero Chamorro-Bryan el gobierno de Adolfo Díaz entregó la soberanía de Nicaragua a los Estados Unidos. El control geopolítico pasó a depender de los norteamericanos, lo cual provocó protestas de parte de los liberales y de algunos conservadores. Esgueva indica que hasta senadores norteamericanos criticaron el Tratado. “(Es) un Tratado con un gobierno que nosotros pusimos en el poder, que nos representaba a nosotros mismos al otro lado de la mesa de las negociaciones y que era un instrumento nuestro”, dijo en ese momento el senador William Borah.

Un diputado de Carazo, en el parlamento nicaragüense de 1914, identificado como Pablo Jiménez Román, relató en el folleto Referencias al tratado Chamorro Bryan, el cual se puede encontrar en el Instituto de Historia de Nicaragua de la UCA, que cuando se iba a aprobar el Tratado Chamorro-Bryan, en la Cámara de Diputados surgió una enérgica oposición de parte de muchos representantes de León y de otros departamentos de Occidente y Managua. Algunos diputados como Ricardo López Callejas, de Chinandega; Federico Lacayo y Eduardo Doña pronunciaron encendidos discursos.

Cuando se iba a celebrar la sesión final para la aprobación del Tratado en el Congreso nicaragüense, muchos diputados de Occidente que estaban en contra del Tratado no pudieron asistir, porque el gobierno de Adolfo Díaz ordenó ese día suspender el tren ordinario de Occidente. El oficialismo integró a los suplentes, con quienes se aprobó el Tratado Chamorro-Bryan, en el cual se cedió la soberanía de Nicaragua a los Estados Unidos.

¿Cómo terminó?

El Tratado Chamorro-Bryan tuvo como efectos principales el haber mancillado la soberanía del país y evitar que se construyera el Canal por Nicaragua.

Después de haber estado en vigencia por 56 años, el Gobierno de Anastasio Somoza Debayle acordó con Estados Unidos abrogar el Tratado Chamorro-Bryan el 14 de julio de 1970, “cuando ya a los Estados Unidos no le interesaba”, explica el sociólogo Óscar René Vargas.

Somoza Debayle tenía proyectado con el multimillonario norteamericano Howard Hughes la construcción de un oleoducto que pasaría por el río San Juan, pero el Tratado Chamorro-Bryan era un obstáculo para esa empresa y por eso dialogaron con Estados Unidos para su abrogación o abolición.

El historiador Bayardo Cuadra recuerda que Somoza Debayle llamó a ese hecho “la tercera independencia”, porque dijo que la primera había sido de los españoles, la segunda de William Walker, y esta tercera era de Estados Unidos, por las condiciones que imponía el Tratado Chamorro Bryan.

“Después (de la firma de la abrogación) Somoza Debayle se fue a inaugurar la colonia Independencia, cerca del barrio San Judas, para conmemorar ese hecho, mandó a hacer estampillas, billetes. Fue un acontecimiento que le quitó a Nicaragua eso de “vendepatrias”, porque el Tratado atentaba contra la soberanía y la dignidad del país”, señala Cuadra.

La obra de Somoza Debayle y Howard Hughes no se llevó a cabo porque se produjo el terremoto de 1972, el cual sorprendió a Hughes, quien se encontraba hospedado en el hotel Intercontinental-Managua. El norteamericano salió despavorido del país y no regresó.

Para el sociólogo Óscar René Vargas, los políticos de ese entonces (1914) creyeron que Nicaragua iba a dar un salto económico al recibir tres millones de dólares (dólares oro) de la época, que en la actualidad se traduciría a unos 900 millones de dólares la época actual. Tampoco contemplaron los daños que para el país significaba, en términos de soberanía.

Paralelismo con la actualidad

Tras conocerse que el gobierno del presidente Daniel Ortega cedería a una empresa china una concesión, hasta por un siglo, para la construcción y administración de un Canal que permita el paso de grandes buques entre el Atlántico y el Pacífico, muchos comenzaron a comparar este hecho con la firma del Tratado Chamorro-Bryan, por comprometer nuevamente la soberanía del país, esta vez no a otra nación, sino a un ciudadano chino, Wang Jing.

Óscar René Vargas considera que la actual concesión al empresario chino podría ser más grave, porque además de que es a un ciudadano, no se conoce que el Tratado diga quién cuidará del Canal, algo que podría considerarse como un peligro para la seguridad nacional. En Panamá, indicó Vargas, se creó una policía norteamericana que vigilaba el Canal.

“Lo que yo digo es que (con la actual cesión) están hipotecando la soberanía, el mismo Banco Central (de Nicaragua) se subordinaría a los inversionistas”, dice Vargas, quien considera que con esta nueva cesión la SIB no puede averiguar de dónde viene el dinero de las personas que invertirían en el Canal. “Mañana pueden venir los narcos”, agregó Vargas, quien opina que el pasado jueves Nicaragua cedió soberanía, igual que ocurrió con el Tratado Chamorro Bryan.

Para el historiador Bayardo Cuadra, lo mejor que hubiese hecho el actual Gobierno de Nicaragua con esta nueva cesión es haber realizado un referendo, a como hizo Panamá recientemente para realizar una ampliación de su Canal.

“Es el cómo hacerlo lo que incomoda mucho, es un acto trascendente, vos estás cediendo derecho casi permanente, luce como una entrega, esto trascendental debe ser consultado, si no lo hacés ya vas mal, el Gobierno se mete en estos líos si no hace el proceso de forma transparente y limpio”, dice Cuadra.

Según Cuadra, los políticos actuales podrían quedar como los políticos de entonces, en una lista negra de políticos que más daños le han hecho a Nicaragua”, finalizó Cuadra.