28 de marzo de 2024

Bueno es culantro pero no tanto

15 de mayo de 2013

Punto quiere decir, que quien es buen parlamentario no necesariamente es buen alcalde o viceversa. Este es el caso concreto de Gustavo Petro que de senador estrella se convirtió en un alcalde del montón en la medida que todo se lo quiere reinventar al mismo tiempo. Ha cazado todas las peleas del mundo con todos los sectores, y lo que es peor, en un tono pendenciero muy al estilo del doctor Uribe, que en nada beneficia su imagen.

No podemos olvidar que Petro fue pieza fundamental en el proceso de destape de los carruseles de la contratación de la administración anterior. Eso no es posible olvidar, pero otra cosa es arrasar y comenzar a construir, a la velocidad y en el tono que lo está haciendo. La más elemental norma en el campo político dice que se puede pelear todo el tiempo con una persona o pelear con todos por un breve tiempo; pero nunca pelear todo el tiempo con todo el mundo. Porque no olvidemos que hasta la Plaza de Toros tuvo su espacio en las propuestas de Petro. Y eso estaría bien si no hubiera problemas más urgentes y complicados que resolver.

Y de la mano de Petro va el senador Robledo a quien nada le gusta, todo le parece insuficiente e incluso llega a proponer cosas sobre temas que no conoce con suficiente claridad como buen arquitecto que es. Oírle al doctor Robledo una conferencia sobre la arquitectura antioqueña, sobre la construcción con guadua y otros, bien vale la pena. Pero cuando habla de retornar al cultivo del trigo, un producto que ha mostrado hasta la saciedad que no tiene en el Trópico la rentabilidad que sí tiene en otras latitudes, es, por decir lo menos, un despropósito. Porque a menos que pensemos en un país autosuficiente, acabemos con el TLC y desconozcamos el intercambio comercial con Europa y los Estados Unidos y el resto del mundo, no vemos cómo podemos cultivar manzanas, trigo, cerezas, olivos y en general, una cantidad de productos que tienen una enorme rentabilidad en países que están ubicados fuera del área Tropical. No nos imaginamos a los europeos intentando competir con la producción de café, por ejemplo.

Y esa posición del doctor Robledo no tiene otro fundamento que el de señalar que el actual Ministro de Agricultura ha desempeñado un papel “mediocre” en su Cartera. Y con perdón del doctor Robledo, el señor Ministro de Agricultura es una de las figuras del Gabinete que mayor credibilidad tiene por su formación y por sus actuaciones. El problema de la restitución de tierras ha sido uno de los más espinosos y en donde ha estado empeñado en sacar adelante. Igual ocurre con el problema del café, que se venía cocinando de muchos años atrás. Reconocer los méritos de un Ministro que, a diferencia de sus antecesores no ha tenido el más mínimo cuestionamiento por su actuación, nos parece de elemental justicia, así sea godo. Porque, finalmente, Partidos no existen,  lo que existe son  empresas electorales.