28 de marzo de 2024

Cárcel militar de Tolemaida siguió operando como un Resort y otro director fue descabezado

13 de abril de 2013
13 de abril de 2013

La escandalosa situación que se destapó en el año 2010, cuando el Ministerio de Defensa reconoció que “el Centro de Reclusión Militar de Tolemaida se convirtió en un desorden administrativo sin precedentes, con alto grado de corrupción”, no se corrigió y continuó igual o peor y esto determinó la caída del coronel Silva.

En esa oportunidad se detectaron 124 anomalías por parte de una comisión que se integró para investigar el asunto.

Entonces se acuñó la “razón social” de la cárcel militar como “Tolemaida Resort”, que hoy cobra validez.

De acuerdo con la denuncia presentada al Inpec, bajo cuya responsabilidad está el reclusorio militar, “desde fines de 2012 se han presentado nuevamente mucho beneficios para los allí recluidos en especial a los señores oficiales que presentan amistad con el director de la cárcel el cual les ha dado permiso sin registrar las salidas en los libros de permiso”.

“Se autorizó visitas desde el 9 de diciembre en adelante hasta el siete de enero (…) se ingresaron todo tipo de licores, teléfonos de alta tecnología, computadores, tablas y demás. Y los días 24, 25 y 31 de diciembre se autorizó a los internos que vivieran dentro de Tolemaida para que pudieran ir a Melgar, Girardot, Espinal y pueblos cercanos”.

El comandante del Ejército Nacional, general Sergio Mantilla confirmó en las últimas horas el retiro del coronel Silva de la dirección del penal y la iniciación de las respectivas investigaciones, para establecer responsabilidades por las graves faltas de indisciplina descubiertas.

Se recuerda que en el 2011, la Procuraduría denunció que de los 263 militares recluidos en la cárcel de Tolemaida, 120 condenados a penas de más de 30 años de presidio por delitos de lesa humanidad, salían como “Pedro por su casa” y gozaban de grandes privilegios.

Por esa causa, el comando del Ejército ordenó el traslado de 63 condenados, que pagaban su pena en la cárcel de Tolemaida, a La Picota de Bogotá.

Además dispuso otras medidas para supuestamente acabar con las irregularidades que se descubrieron, como el otorgamiento de permisos para salir de “franquicia” hasta de 48 horas a los reclusos y la celebración de fiestas dentro de la base militar.

Éstas situaciones se dieron principalmente a final del año pasado, cuando varios militares condenados hasta por delitos de lesa humanidad, que incluyen penas de más de 40 años, se habrían visto beneficiados con permisos irregulares.

La revista Semana reveló en las últimas horas videos en los cuales se comprueba que militares condenados a más de 30 años andan de compras en Bogotá, salen de fiesta y siguen haciendo negocios.

Al efecto hizo las siguientes precisiones: Hace dos años SEMANA reveló los indignantes privilegios que tenían decenas de militares condenados por graves violaciones a los derechos humanos en el Centro de Reclusión Militar (CRM) de Tolemaida, la principal cárcel para miembros del Ejército del país.

Fiestas con licor, paseos de los detenidos a las playas y todo tipo de negocios en las instalaciones hacían parte de una larga lista de graves anomalías y libertades de las que gozaban militares condenados a altas penas de prisión por homicidio, masacres, torturas y secuestro.

Al estallar el escándalo, conocido como Tolemaida Resort, el Ejército negó las irregularidades. Un mes después una comisión del Ministerio de Defensa corroboró las denuncias de SEMANA.

“Se evidencia que el Centro de Reclusión Militar de Tolemaida se convirtió en un desorden administrativo sin precedentes, con alto grado de corrupción”, decía. Después de detectar 124 anomalías, la comisión formuló remedios para evitar que siguieran ocurriendo. Desde entonces, el caso pasó al olvido.

La publicación incluye videos y fotos del soldado Santiago Escudero, condenado a 35 años de prisión, de paseo o de vacaciones por fuera del penal de Tolemaida en un centro recreacional cerca de Ibagué.

Igualmente de otro soldado condenado a 40 años haciendo compras en Bogotá.