29 de marzo de 2024

Paro Cafetero: Negociación Vs. Frustración

7 de marzo de 2013

Lo peor es que las consecuencias de la falta de solución ya pasaron de castaño a oscuro. El sur del País está prácticamente incomunicado por vía terrestre, lo que afecta a los participantes de la protesta y al grueso de la población. Pitalito, Garzón, Guadalupe, Armenia, Pereira, Manizales, Medellín, Palermo y Suaza han sido son lugares de concentración campesina, donde las protestas se han sentido con más rigor, pero los efectos ya se extendieron al sur del Huila y a todo el Departamento del Caquetá.

El común de los ciudadanos se pregunta por qué para un gobierno nacional que ha dado muestras de una buena capacidad de negociación a nivel internacional y de buscar salidas pacíficas al conflicto armado, resulta tan difícil entender y resolver de manera justa la protesta cafetera. Si el reclamo de los cultivadores del producto más representativo de Colombia no se resuelve con los que son y de forma que atienda realmente a sus problemas, el Gobierno del Presidente Santos puede llevar a distintas regiones del país, y al sur del país, en especial, a una situación de tragedia humanitaria alrededor de la cual pueden complicarse otros procesos económicos, políticos y sociales.

En el Huila los precios de todo tipo de comestibles vienen subiendo desde hace varios días y ante la falta de gasolina y gas en algunos casos, la posibilidad de prepararlos es muy limitada para cientos de familias. La atención en salud también se ha visto muy afectada. La respuesta del Gobierno Nacional ha tenido un enfoque práctico, combinando la presencia regional de los ministros, con el envío de alimentos y otras provisiones vía aérea. Ante la emergencia, los apoyos del Gobierno nacional a las regiones son importantes pero insuficientes.

La salida de fondo a la dificultad es la negociación que realice el Gobierno con las bases sociales de los cafeteros. Ante la postulación del Presidente al Premio Nobel de Paz, no hay duda de que el tratamiento al Paro Cafetero tomará un tono en el que se haga gala de las mejores virtudes para resolver los conflictos y necesidades de nuestros ciudadanos.

Adicionalmente, para esta negociación hay poco tiempo, porque los efectos adversos sobre las poblaciones de distintas regiones del país, sobre las mismas personas que participan en la protesta y sobre el propio gobierno son evidentes y tomaron el carácter de una emergencia que puede convertirse en tragedia. Por lo pronto, el conflicto ha escalado, al punto que ya se volvió un asunto que compromete a la Vicepresidencia y a más Ministerios de los directamente encargados de los temas agrícolas y del trabajo.

La negociación cafetera puede ser la oportunidad para que el Gobierno demuestre que la locomotora de la agricultura no se quedó detenida y que el compromiso de reducir la pobreza, plasmado en el Plan Nacional de Desarrollo, no ha sido olvidado. Si la concertación toma mucho tiempo o no se logra, las pérdidas serán más que económicas, pues la expectativa general de una negociación ya no da cabida a otro camino, que en cualquier caso sería una frustración.

Carlos Alberto Baena
Senador de la República