Visita de Santos dejó un sabor agridulce
No satisfizo las aspiraciones
Los caficultores esperaban que Santos anunciara un precio de sustentación que no bajaría de 700 mil pesos la carga. El mandatario, como para dar contentillo, anunció 150 mil millones de pesos más para cubrir hasta mediados de este año el AIC. Cuando hizo este anuncio, se escuchó el mumullo en la plaza de Chinchiná. Incluso, varios cafeteros le informaron que no estaban recibiendo esa ayuda. Fue tanto el desencanto que produjo la visita presidencial que los cafeteros le notificaron ayer al gobierno que, contra viento y marea, realizarán el paro nacional el próximo 25 de febrero. Definitivamente, Santos no es el presidente de los cafeteros.
Demagogia
Y como para no dejar dudas de su «apego» a las tradiciones de la zona cafetera, Santos condujo un Willys por las calles de Chinchiná, en un alarde de populismo, haciendo estaciones para saludar a niños y adultos. Los agricultores vieron este gesto más como un acto de demagogia que de sentimiento cafetero.
En la Casa de Nariño no le “paran bolas” al vicepresidente: Angelino Garzón
Este titular lo publica hoy Caracol en su portal de Internet. Al doctor Angelino los médicos le dijeron hace mucho tiempo que reposara, que no trabajara tanto. Pero como la política es una enfermedad, según dicen, el doctor Angelino no solo no renuncia sino que sigue haciendo política. Ahora dizque quiere ser alcalde de Bogotá o Cali. Si no le prestan atención en palacio, si le harán caso los electores?
Cambalache cumple 78 años
El inmortal Cambalache, del irrepetible Enrique Santos Discépolo, El filósofo del tango, acaba de cumplir 78 años y su absoluta vigencia es tan asombrosa que parece escrito la semana pasada, a propósito de todos los escándalos que han estremecido a Colombia en las dos últimas décadas.
Cualquier parecido entre la justificada protesta y lo que ocurre en este país del Sagrado Corazón de Jesús, es la pura realidad.
Nacido con el siglo XX, en Buenos Aires, el 27 de marzo de 1901, y fallecido tempraneramente, de un fulminante ataque cardíaco, el 23 de diciembre de 1951, todos los historiadores del tango coinciden en que el poeta argentino le introdujo al género elementos intelectuales y de reflexión sin antecedentes.
Para el experto Rodrigo Pareja, Cambalache es la máxima creación de Santos Discépolo y uno de los tangos que tiene mayor número de versiones grabadas.
Entre otras, se han hecho famosas las de Sofía Bozán, quien lo estrenó en 1935; Oscar Larroca, Alberto Echague; Tita Merello, Julio Sosa, Ernesto Famá, Fernando Díaz, Roberto Luque, Carlos Lombardi, Tania, (la mujer de “Discepolín”); Albero Marino, Carlos Roldán, Roberto Maida, Roberto Goyeneche. Rubén Juárez, Susana Rinaldi y Slomo Idon, este último en hebreo. Va la proclama completa contra la corrupción:
Cambalache
Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé…
(¡En el quinientos seis y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y
estafaos,
contentos y amargaos, valores y dublé…
Pero que en el siglo veinte es un despliegue de maldá
insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo
todos manoseaos…
¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor!…
ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro que un gran profesor!
No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han
Iguala’o.
Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,
¡Da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!…
¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stravinsky va Don Bosco y ‘La Mignón’,
Don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín…
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los
cambalaches
se ha mezclado la vida, y herida por un sable sin
remaches
ves llorar a la Biblia contra un calefón…
¡Siglo veinte, cambalache problemático y febril!…
El que no llora no mama y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno nos vamo a encontrar!
¡No pienses más, sentáte a un la’o,
que a nadie importa si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura noche y día como un buey,
que el que vive de los otros
que el que mata, que el que cura
o está fuera de ley…
El hermano de Cambalache se titula “Al mundo le falta un tornillo”; tiene letra de otro consumado poeta gaucho, Enrique Cadícamo y música de José M. Aguilar, pero no alcanzó la misma resonancia, ni ha pasado a la historia con tantos pergaminos. La versión más conocida es la de Lalo Martel con la orquesta de Alfredo de Angelis.
Y que no falte el moñito: Santos Discépolo fue un genio: Al compás de su tango inmortal vislumbró con 76 años de anticipación todo lo que iba a pasar en Colombia y en los demás países de América Latina carcomidos por la corrupción que nos tiene jodidos.
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