Los imprescindibles
Tienen la manía recurrente de saltar de un lado a otro en escaramuzas mortales sin que se les afloje el peinado.
De lealtades no conocen, son las del momento y a quienes deben obediencia para sus truculentos destinos son a los que detentan el efímero poder, pero de todas maneras el poder.
Se les ve por las ondas de la televisión y se les escucha por la radio, medios de su total advertencia, formulando toda suerte de delirios y mesclan ‘sabiduría’ e ignorancia, haciendo gala mas de la segunda que de la primera.
Sobra advertir de sus torvas intenciones porque solo les interesa sus muy particulares apetencias y como son iluminados y enviados de la divina providencia pueden enmascarar incluso las más evidentes lujurias. Pero además son petimetres, parecen sacados de obras de ficción y no solo maquillan su emperifolle sino también sus barbaridades dialécticas.
Están ahí al escrutinio de la platea que les acata en sumisión muchas veces cuando tienen el poder de la dispensa pero otros con más caracterización los ven con desdén porque adivinan sus torcidas elocuencias.
Uno de esos imprescindibles es el vice Angelino Garzón quien nunca ha sabido donde ha estado parado ideológicamente, sin embargo haciendo gala de una capacidad reptadora que lo ha acomodado desde la izquierda hirsuta hasta la derecha clerical de Monseñor Rubiano no ha desperdiciado sus posibilidades camaleónicas para empotrarse en el sindicalismo, el comunismo, el pastranismo, el uribismo, la diplomacia de escarceo y la gobernación del Valle donde no tuvo empacho en aliarse con el más corrupto de los políticos de esa región, el encarcelado exsenador Juan Carlos Martínez, a quien le debe su elección.
Pero quién le pide escrúpulos a Angelino. Sería ingenuo. Incluso ha hecho de su enfermedad un activo de capital político para hacerse a la misericordia de muchos. En él todo vale.
Ahora como enviado divino sale con la incoherencia total de postularse o “Bien a la alcaldía de Cali o a la de Bogotá”. Qué manera más irresponsable de creer que a él todo se le puede admitir.
Ha hecho de la vicepresidencia un mar de babosadas que incluye su perfil politiquero al distanciarse de su jefe Santos, no por razones de estado, sino por el frio cálculo electorero que le permitirá pescar en rio revuelto.
Pensar que los electores de Cali o Bogotá son tan ingenuos para creer que en las manos del divino Angelino están sus destinos. No se puede llegar a tanta irresponsabilidad pública pensar que no son las comunidades de esas ciudades las que necesitan un ejecutivo con razones propias sino que es él el que define para dónde se va a pescar votos.
Y vale la pena destacar que la administración de Garzón en el Valle fue un fiasco total.
Pero gracias a su omnímoda voluntad solo él y nada más que él decidirá a dónde se va a buscar su elección porque lo que solo interesa es su destino providencial.
Pero más allá del fortunio particular de Angelino ahora sale a relucir su amada hija, es decir que la familia Garzón Muñoz, está unida alrededor de los providenciales designios. Angelita quien trabaja en un prestigioso clan bancario y financiero, gracias a la influencia de su padre vice, ha decidido barajar también, como su padre, dos opciones: o se incluye en la lista del uribismo para el senado de la república o en su defecto encabezará la lista liberal de la cámara de representantes por Bogotá. Para sus apetencias ya ha establecido contactos por un lado con Uribe y por el otro con Simón Gaviria. Lo que se hereda no se hurta.
Son los imprescindibles, los providenciales de los cuales ¡Líbranos señor!