Embonar, verbos pronominales, dar al traste
No hace muchas lunas traté el tema de los verbos pronominales, y ya lo había hecho antes, muchas veces, pero es tan frecuente su empleo chueco, que me veo obligado a repetirlo hoy. Esto es que, por lo leído en su escrito, llegué a la conclusión de que el señor Carlos Alberto Correa Torres ignora su existencia, digo, la de los verbos pronominales, como se puede deducir de las siguientes muestras: “…del Pasto (…) desde nuestro punto de vista, destacan tres”; “Arias nunca ha consolidado…”; “Jiménez hace goles pero no consolida…” (LA PATRIA, “Otro punto de vista”, 7/1/2013). Cuando a los verbos transitivos no los acompaña el pronombre que los hace pronominales, conservan su carácter de transitivos, por lo que piden un complemento directo: En la primera oración, como no dice “se destacan tres”, la pregunta obligada es “¿destacan tres qué?”; en la segunda, “¿qué es lo que Arias nunca ha consolidado?”; por no decir “Arias nunca se ha consolidado”; y en la última, la misma pregunta, pero con Jiménez, que “nada consolida”, por no haber escrito “Jiménez hace goles, pero no se consolida”. Esperemos que el equipo sí ‘se consolide’, o que ‘consolide su fama internacional’ de equipo grande. ***
‘Traste’ es “cada uno de los resaltos de metal o hueso que se colocan a trechos en el mástil de la guitarra u otros instrumentos semejantes, para que, oprimiendo entre ellos las cuerdas, quede a estas la longitud libre correspondiente a los diversos sonidos”. Con esta acepción, la empleó Cervantes: “…halló don Quijote una vihuela en su aposento. Templola (…) y habiendo recorrido los trastes de la vihuela y afinádola lo mejor que supo…” (II, XLVI). Llaman también así a un vaso pequeño en que prueban el vino los catadores. Y, entre nosotros, a los ‘trastos de cocina’, que Álvaro Marín Ocampo define de la siguiente manera: “Componentes vitales del menaje doméstico, integrado por la batería de cocina y las vajillas, entre otros ‘cachivaches’ de primerísima necesidad, ya sean fabricados en peltre sueco, en escueta loza o en aluminio proletario” (Voces Fatigadas). Y es parte de la locución “dar al traste”, que el señor Carlos Marín enunció mal en la siguiente frase: “Esto va a dar un traste con los logros que han tenido en los Programas Departamentales de Bandas” (LA PATRIA, Línea Directa, 3/1/2013). “Dar al traste” significa “destruir, echar a perder o derrochar algo”. Al principio, según el Vocabulario de Refranes, de Gonzalo Correas, se utilizó en la jerga marina: “Dar al traste. Es perderse la nave por dar en roca o en otro navío; de aquí se toman muchas frases, verbigracia, dar con ello, o, con todo, al traste”. La forma como el colaborador empleó el término estudiado ‘dio al traste’ con lo que quiso expresar. ***
INTERROGANTE: ¿Será el 2013 el año en el que La VEINTITRÉS recuperará su prístino estado, orgullo de los manizaleños?