Un pésimo día para la economía
No solo es lamentable el dato general, sino el de la construcción que decreció 12,3% respecto al mismo periodo de 2011, siendo el mayor responsable de este “frenazo en seco” de la economía. El resultado obedeció a una disminución en el valor agregado de obras civiles en 14,6% y edificaciones en 10,5%. Al comparar el comportamiento con el trimestre inmediatamente anterior, el valor agregado de la construcción disminuyó en 13,1%. Este resultado se explica por el decrecimiento en el valor agregado de obras civiles en 13,3% y de edificaciones en 16,2%.
En el tercer trimestre de 2012 respecto al mismo periodo del año anterior, el comportamiento de la producción en el sector de la construcción decreció en edificaciones residenciales en 1,9% y edificaciones no residenciales en 20,8%; mientras el mantenimiento y reparación de edificaciones creció 1,3%. La industria manufacturera también cayó 0,1%, mientras que la minería tuvo un leve crecimiento de 0,5%.
La única locomotora que está andando es la agricultura, el resto están francamente paradas o nunca salieron de la estación. Los sectores que tuvieron una variación muy negativa son los industriales y petroleros, como es la fabricación de productos a partir del crudo pesado con una caída de -0,5% o la industria de textiles con -3,4%. El dato de dinámica económica consolidada nos muestra que entre enero y septiembre el crecimiento de la economía fue 3,9%, muy inferior al de 2011 en el mismo periodo que fue 5,8%. Dice el Dane en sus comentarios de análisis que “el anclaje de una economía es la demanda que entre enero y septiembre creció 4,4% (…) Este es el segundo dato más bajo de los últimos 7 años (…) Colombia sigue con una buena tasa de crecimiento 3,9% con respecto a los que está pasando en la crisis internacional”.
Es un pésimo día para la economía colombiana y es el fin de una etapa de auge sin precedentes que se había registrado en los últimos meses. Los resultados económicos que se vienen presentando ya se empiezan a afectar por el panorama internacional, tal como lo dice el Dane. A pesar de los muchos tratados comerciales firmados, el precio del dólar no ayuda a la economía y las tasas siguen muy altas.
La República/Editorial