¿Por qué están desatadas las Bacrim?
El canal de televisión ET- CANAL EL TIEMPO, dirigido por Darío Restrepo, en su programa Análisis y Opinión trato este complejo tema bajo el interrogante con el que se titula este escrito de manera superficial sin ahondar en las verdaderas causas de sus ‘desatadas’ operaciones y sus efectos colaterales; y la historia se vuelve a repetir desde cuando en 1981 se reclutó en el Magdalena Medio los primeros integrantes del grupo ilegal del MAS (Muerte a Secuestradores), auspiciado por el ‘Cartel de Medellín’, a raíz del secuestro de un Ser querido de esa mafia, y con el visto bueno y asesoría de un Comandante de Batallón del Ejército Nacional.
Estos mensajeros de la muerte en sus primeras faenas se ceñían estrictamente a lo dispuesto por los ‘amos’ del cartel, a través de Gonzalo Pérez y su hijo Henry como conducto regular y canal de mando y comunicación acantonados en Puerto Boyacá, con amplia jurisdicción en Antioquia, Norte del Tolima y el Oriente caldense; posteriormente, se fundaron las ‘Convivir’ en Antioquia, los bloques de Urabà y Córdoba y resto de bloques con cobertura en todo el territorio , desapareciendo el nombre del grupo pionero y formándose el bloque del Magdalena Medio, adquiriendo plena autonomía y desligándose del cartel de Medellín, ya que lo lucrativo del negocio así lo ameritaba.
En La Dorada, Victoria, Marquetalia y Samanà empezaron su vida libidinosa y sus oprobiosos desafueros sembrando muerte y terror con asesinatos selectivos en personas ajenas al secuestro u otras actividades delictivas dirigidas por ‘el Gurre’, ‘M’giver’, ‘Roque’ y ‘Memo chiquito’; se llegó a un extremo tal de corrupción e impunidad, que en La Dorada en dos concurridas cabalgatas en los años 83 y 84, y me consta porque fui espectador, a Gonzalo Rodríguez Gacha, alias el Mexicano, y a su caballo Tupac amarù les colocaron escolta permanente por parte de casi toda la fuerza policial del Puerto, no obstante estar rodeado de muchos miembros del naciente MAS. Ante este espectáculo ininteligible le pregunté al Senador Renàn Barco sobre esa situación y su respuesta fue tajante: “recuerda la encíclica Rerum Novarum de León XIII, no pueden ser iguales los altos y los bajos, para eso es la plata”.
Todo esto, se realizaba con la connivencia de las autoridades lo cual garantizaba la plena impunidad y ante la mirada complaciente de la comunidad. Es difícil renunciar a prerrogativas tan lucrativas y a la ostentación de un poder desaforado y a la buena vida, para ellos, razones suficientes para su reactivación criminal con un ingrediente más: la cuenta de cobro que le empezó a pasar al establecimiento los jefes del paramilitarismo, aduciendo incumplimiento en lo pactado en San José de Ralito.
Qué gran daño se le hizo a este país a nombre del Gobierno de la seguridad democrática el habernos presentado y entregado, con una parafernalia impresionante, una desmovilización a medias de las autodefensas o paramilitares, y la entrega pactada de los más connotados cabecillas, quienes jamás se imaginaron ser extraditados y con la esperanza de purgar condenas hasta de ocho años con rebajas por los subrogados penales en hoteles cinco estrellas, y sin cumplir con la totalidad de la verdad y la reparación de las víctimas, pero solucionando su pasado delictivo y legalizando su inmenso patrimonio. Estas desmovilizaciones estuvieron conformadas por una gran cantidad de ‘extras’ bien pagados, habitantes de la calle, vagos y delincuentes comunes que engrosaron sus filas mostrando fusiles de palo ¡Qué gran monumento se levantó a la impunidad con la expedición de la Ley de Justicia y Paz!.
Pareciera que los jefes paramilitares barruntaron algo que no les cuadraba en lo pactado con el comisionado Luis Carlos Restrepo, es por ello que no se hizo entrega del arsenal sofisticado del que disponen, ni permitieron la entrega de su gente de entera confianza, los incondicionales, y que, sin la menor duda, son los sobresalientes por ser los más sanguinarios criminales, y son esos los que están desatados por toda la geografía nacional con diferentes distintivos: los urabeños, los rastrojos y otros vegetales mas, pero son los mismos del otrora paramilitarismo, y el control y sus cuerdas se manejan, y se seguirán manejando por mucho tiempo, desde las cárceles de los Estados Unidos.
Fueron tan burdas y vergonzantes estas desmovilizaciones que se convirtieron en escenario de remate o de puja y repuja para la venta de abordajes de narcotraficantes a las filas del paramilitarismo y poder gozar de los beneficios (léase impunidad) de la Ley de Justicia y Paz, por sumas de dinero astronómicas sin conocerse hasta el momento al bolsillo de quien fueron a parar. Dichos abordos se dieron sin siquiera sonrojarse el Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, y con la aquiescencia de las fuerzas militares y de policía, quienes debían de conocer a través de sus divisiones de inteligencia el pasado y condiciones personales de los ‘nuevos’ paramilitares, y muy orondos guardaron un silencio sepulcral y, por supuesto, de gran complicidad.
La estructura orgánica, militar y económica del paramilitarismo está ahí y está intacta, puede ser igual o superior a la de los farianos; tienen, además, a su favor muchos factores determinantes: patrocinadores de la empresa privada, ganaderos y parte de la clase política, comprometidos hasta el cuello con ellos, que no se han investigado a fondo por su Concierto para Delinquir en la Corte, y, también, por corrupción en algunos miembros de la fiscalía, secundados por las veleidades y apatía del Fiscal General para investigar este delito, en consideración a las calidades del sindicado.
¿Cómo sería de provechoso lograr un Principio de Oportunidad con el General Santoyo para conocer de primera mano los nombres de los militares y policías comprometidos con el paramilitarismo?
Hasta el momento no se ha podido establecer, y este es el gran arcano de Luis Carlos Restrepo, si el expresidente Uribe conoció con anterioridad todas estas inconsistencias y anomalías que se dieron en estas desmovilizaciones, así como también, sobre la teatral, nefasta y falsa desmovilización del bloque ‘Cacica Gaitana’ y si las autorizó o guardo silencio; además,
qué grado de participación y responsabilidad tuvieron los miembros de la fuerza pública en estas faenas.
Soy un admirador respetuoso, pero condicional, de las fuerzas militares y de policía , creo y confío en ellas, no creo en una diáfana homogeneidad de la conducta de todos los que las conforman, porque también existen, como en todo, sus manzanas putrefactas y tienden a pudrir a su alrededor, y fueron éstas las que tenían el maridaje y prestaban ayuda incondicional, gratuita por temor u onerosa, a los jinetes apocalípticos que nos iban a proteger de las guerrillas, y es esto, precisamente, lo que nos preocupa que la historia se repita con la reanudación de las operaciones bélicas del paramilitarismo, porque esta guerra que se reanudó es un negocio de gran magnitud y una retaliación de los jefes paracos que están presos en Estados Unidos, ¡y va para largo!.
Al señor Presidente de la República y al Ministro de la Defensa, que por cierto ha sido opaco y desacertado en su desempeño, pero excelente en el campo mediático, con todo el respeto que me merecen y con una inmensa sinceridad, me atrevo a sostener, con conocimiento de causa, que mientras no logren conformar y comprometer a todos y cada uno de los mandos de la fuerza pública, como también, a la rama judicial, en especial a la Fiscalía, en una unidad solida con identidad en su objetivo para combatir esta sui géneris criminalidad, todos los esfuerzos que se realicen serán inútiles e infructuosos, si no se combate de manera frontal este paramilitarismo ‘renovado’, tendremos a futuro días aciagos lleno de lágrimas y de luto.
Al momento de terminar de escribir este artículo(hoy Sábado 24) recibí una llamada telefónica del señor General Rodolfo Palomino. Y, claro, la parte final se cambió sustancialmente.
Manizales, Noviembre 26 de 2012.