28 de marzo de 2024

Un reloj para el Papa Benedicto

10 de noviembre de 2012
10 de noviembre de 2012

La audiencia pontificia, para la que el servicio de protocolo había señalado una duración de diez minutos, por lo copada que estaba la agenda papal del lunes 12 de noviembre, se extendió a veinte por iniciativa del propio jefe de la cristiandad que mostró gran interés en la situación de nuestro país.

“El Sumo Pontífice valoró muchísimo el presente, no por el costo simbólico sino por la explicación que le dimos de que el dinero que se recauda cada año va para apoyar a los hombres (policías y soldados) y sus familias que luchan por la paz de Colombia. Es uno de los símbolos del compromiso de los Colombianos con la paz.”, comentó el jefe de la legación diplomática en la Ciudad Eterna.

En ceremonia a la que acudió como invitado especial por encontrarse en Roma, en una reunión de Interpol, su amigo personal, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón,  el embajador Cardona solicitó al Sumo  Pontífice la bendición apostólica para  Colombia y el proceso de paz que adelanta en Cuba el gobierno del presidente Santos.

También le manifestó su alegría por la designación de monseñor Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Bogotá, como nuevo Cardenal de Colombia, nombramiento que interpretó como “un gesto del inmenso amor del Santo Padre por Colombia”. (Ahí, pues, el ex alcalde, ex gobernador y ex ministro Cardona empezó a dar los primeros pasos diplomáticos en el empeño de traer al país a Su Santidad).

El embajador, su esposa doña Angela y sus hijos Alejandra y Rafael quedaron gratamente impresionados con la imponencia de los amplios corredores y salones vaticanos por donde jamás pasan los turistas y  el cierre de la Catedral de San Pedro a la que la familia accedió para orar con los acompañantes, escoltada por la guardia suiza.  Este  protocolo está reservado para embajadores católicos. Los que no lo son, no bajan al sacro recinto.

Así describió el debutante embajador el momento de su encuentro con el Papa Benedicto, del que se tomaron las consabidas fotografías para la ”vanidoteca” de los Cardona:

“Fue un evento indescriptible encontrarme frente a frente con el Santo Padre no solo por su investidura sino por la imponencia de los salones y la biblioteca del Santo Padre; la guardia suiza que me rodeaba y los gentiles-hombres del Santo Padre que siempre me acompañaron. Maravillosa esa charla privada que inicialmente estaba preparada para 10 minutos y se prolongo casi a 20 por el interés del papa en Colombia y en la paz.

Además de mi familia y el ministro amigo, llevé a todos los funcionarios de la embajada (desde la empleada de los tintos hasta el ministro consejero) para que tuvieran la oportunidad de ver de cerca al Santo Padre.

En lo personal me sentí muy bien. Vi un papa cálido y muy conocedor de la situación de Colombia en cuanto al proceso de paz, que tiene muy claro lo que quiere el Presidente Santos para la paz en medio de los derechos humanos, la reparación de víctimas y la restitución de tierras. El valora mucho esos temas.

Le agradecí en nombre del Presidente sus referencias a la paz y en su nombre y el de todos los colombianos también le pedí orar por la paz y pensar en ir a Colombia en medio de su apretadísima agenda”.

La apostilla: El flamante embajador manizaleño en Roma, la Ciudad Eterna, ya está familiarizándose con el idioma italiano. Una prueba: así se despidió de nosotros, tras hacernos generosamente esta corresponsalía para el Contraplano: Saluto speciale. Abraccio. Germán Cardona.