Un antro cerca al hospital Santa Sofía
Sin embargo, los malandrines la convirtieron en su guarida y allí no sólo consumen bazuco sino que planean actividades ilícitas que afectan vecinos de varios sectores a la redonda.
La más reciente incursión de los invasores temporales de este antro afectó a la Administración Cooperativa de Entidades de Salud de Caldas y Quindío, emplazada a unos 200 metros al occidente, de donde se sustrajeron valiosos elementos. Allí, pues, no sólo se la fuman y la distribuyen, sino que también se las arreglan para cometer robos contra la propiedad.
Poco han hecho las autoridadades municipales para erradicar este foco de malandrines que se ha enquistado en un sector tradicionalmente sano de la ciudad. Ya están informadas de su incómoda presencia. Saben que es un quiste neurálgico que ´provoca perturbación. ¿Por qué no han procedido?, se pregunta la comunidad.