28 de marzo de 2024

Identidad pereirana

1 de septiembre de 2012
1 de septiembre de 2012

victor zuluagaDe un lado la mirada externa, es decir, de quienes no son ni viven en Pereira y la interna, de quienes habitan la ciudad y se asumen pereiranos.
Oscar Jaramillo planteó la relación que puede existir entre la composición de las aguas del río Otún, la cual bebemos los pereiranos y la fama que tienen sus moradores por tener las feromonas a flor de piel.
Hernán Martínez planteó unos elementos relacionados con el espíritu de solidaridad que caracteriza al pereirano, y así sucesivamente se fueron planteando muchas visiones sobre un tema tan interesante, en donde  por ejemplo, el civismo siempre ha ocupado un lugar privilegiado en las discusiones sobre identidad.
¿QUÉ ES ESO DE IDENTIDAD?
Una de las tantas maneras de definir la identidad se refiere  a la búsqueda de lo idéntico como una característica general, una búsqueda de lo homogéneo, de lo simple. Así por ejemplo, a los colombianos, en muchos países nos definen como narcotraficantes, o como exportadores de café, o como un país violento. De lo que se trata es de poder definir algo muy complejo como son las categorías en las que se sitúan a las personas  y a los atributos dados a esas categorías.
Desde luego que esas caracterizaciones, cuando se realizan, en el caso de los colombianos, por parte de los nacionales, tienden a ser bien diferentes: diríamos que los colombianos somos “trabajadores”, “echados para adelante”, recursivos, “apasionados”, y en fin, una serie de características positivas, frente a los estigmas dados por quienes nos miran desde el exterior, en su gran mayoría.
Pero adicionalmente digamos que con frecuencia una realidad se define con validez universal y permanente a través de unas notas que constituyen una doctrina dogmática cuya esencia ahistórica se mantiene en su pureza, gracias a una instancia central definidora de la verdad del constructo. Y cuando decimos “ahistórica” es que por lo general remitimos la identidad a aquellos tiempos remotos fundacionales en donde ciertos valores predominaban y asumimos que aún persisten. Por ejemplo, cuando hablamos de la identidad antioqueña, la remitimos a cierta gastronomía como la bandeja paisa que hoy tiene un valor más turístico que de consumo generalizado. O a implementos como el carriel, el sombrero y la ruana, que hacen parte de un pasado que ya no existe. Entonces tenemos que decir que la identidad se renueva, tiene un componente fundacional pero también un importante elemento actual y es de suponer que cada comunidad busca proyectar a futuro una identidad, que puede varias de los valores imperantes en el presente. De allí que resulten por lo menos incompletas, aquellas imágenes que se muestran en los desfiles de la identidad, cuando salen niños y niñas disfrazados de arrieros o de personajes del pasado y nada del presente.

LA IDENTIDAD PEREIRANA.

Un ejercicio elemental que se puede hacer con la pregunta que indaga sobre la identidad es el de decirle, por ejemplo a un paisa, cómo define a un afro y por lo general, va a hacer alusión al hecho de la “pereza” como una de las características más relevantes.
Pero el ejercicio también puede hacerse a la inversa: preguntarle a un afro que defina a un paisa. Las respuestas pueden ser desconcertantes: “hablador”, “embustero”, “ventajoso”, “avaro” y otras muchas otras características, en las cuales se podría encontrar alguna relacionada con el espíritu de empresa u otros valores positivos.
Así las cosas tendríamos que decir que la identidad no responde a la pregunta de “Quién soy yo”, sino a la de “Qué dicen los otros que soy yo.”
Finalmente, si hubiera que escoger una sola característica o un solo valor entre los muchos que tienen los pereiranos tendríamos que decir que el “espíritu de libertad”, su “liberalidad”, su “librepensamiento”, ha sido uno de los elementos que ha estado presente a través de todo su proceso histórico.
Y es que a pesar de que el primer grupo de colonos que llegó a la actual Pereira procedían de Antioquia, caracterizada por ser conservadora, centralista, católica y esclavista, fueron construyendo una aldea en donde estuvieron presentes caucanos de una mentalidad abierta y bajo la protección de personajes como Ramón Elías Palau, Ramón Rubiano, Pedro Murgueitio, adalides de una causa liberal toda vez que eran seguidores de los postulados de Tomás Cipriano de Mosquera, alma y nervio de la Constitución  de Rionegro. No puede ser una casualidad que la primera logia de masones del Eje cafetero se fundó en Pereira. Fueron también masones y vinculados de una u otra forma al proceso fundacional de Pereira, Guillermo Pereira Gamba y el General Manuel María Victoria.
Finalmente, el carácter de territorio límite entre el Cauca, Antioquia y chocó, le ha permitido a Pereira nutrirse de unas cosmovisiones que han posibilitado a sus moradores valorar la corporalidad como un elemento tan importante como la parte espiritual. Digamos que en Pereira no prosperó aquella sentencia bíblica de que los enemigos del hombre y la mujer son: Demonio, Mundo y Carne. De allí que en aquellas sociedades en donde se menosprecia el cuerpo, se le flagela y se le desaparece (como es el caso de algunas sectas islámicas con la burka) y todo lo que signifique exhibir el cuerpo se convierte en algo demoníaco y pecaminoso.