29 de marzo de 2024

En una semana imputarán cargos contra patrullero implicado en muerte de grafitero

28 de septiembre de 2012
28 de septiembre de 2012

Pachón manifestó que cuenta con dos testigos, entre ellos los investigadores del CTI que llegaron a la escena del crimen, que aseguran que no había arma en el lugar del homicidio.

“La pistola nunca estuvo en las manos de Diego Felipe, la escena estuvo tan mal custodiada porque muchas personas entraban y salían del lugar, dentro de esas personas entró el señor Trejos y pudo darse cuenta que no había absolutamente ningún arma”, dijo la abogada.

Y añadió que, según expertos en balística de Medicina Legal, el arma encontrada en la escena del crimen “no funcionaba y para poder activarse tendría que haberse cogido con un lápiz o un esfero para que la bala saliera”.
El reporte del Instituto advirtió que no se encontraron huellas, ni vestigios de Diego Felipe, y lo único que él tenía en sus manos era rastros de pintura tras haber hecho los grafitis.

Pachón dijo además que desde el momento del crimen, el patrullero se desapareció y, en su lugar, llegaron otros policías diciendo que Alarcón se subió con Diego Felipe a la camioneta y que él habló con el patrullero Rodríguez.

“No señores, él no habló con absolutamente ningún patrullero. La escena quedó sola, tanto que el señor de la camioneta cuando se devuelve no encuentra ningún policía; tanto que el vigilante de la cuadra nos dice que no había ningún policía”, afirma en Radio Santa Fe la abogada de la familia de Becerra.

Y agrega que esto se puede catalogar como fraude procesal, un delito que se les va a imputar a las personas que estuvieron en el lugar y dicen haber visto el arma. “Todos los policías dicen: no, es que yo vi algo brillantico allá… ¡Por Dios! cuando la gente es policía se acerca a mirar el arma, todos sabemos cómo se hace un levantamiento”.

Sobre las versiones que señalan que un oficial reportó que hubo un hurto, Miriam Pachón relató que ella y la madre del grafitero, Liliana Lizarazo, se reunieron con el conductor de la buseta que había dicho que habían atacado su vehículo. “Él dijo que fue presionado por un general y una coronel, quienes lo constriñeron para colocar la famosa denuncia diciendo que había sido atacada la buseta”.

La abogada Miriam Pachón se refirió a las pruebas presentadas por la defensa del patrullero como “absurdas” y dijo que “nosotros nos damos cuenta de la adulteración. Yo digo que lo más fácil que hubiera hecho la Policía era simplemente haber dicho: ‘aquí esta Wilmer Antonio Alarcón, cometió un error’”.

Así mismo, se refirió a que existieron tres abogados asesores jurídicos de la Policía Metropolitana de Bogotá. “Yo me cuestiono: si llamaron a un abogado de la policía metropolitana de Bogotá para que defendiera al patrullero Alarcón, ¿por qué había dos asesores más? Nosotros nos preguntamos qué fue lo que pasó”.

Pachón manifestó que la muerte de Diego Felipe debe convertirse en insignia para que no exista más maltrato por parte de la Policía a los civiles.
Sobre la audiencia de acusación, la abogada dijo que “esperamos estar mucho antes en la audiencia de imputación de cargos y medidas de aseguramiento contra las personas que cometieron el fraude procesal.