28 de marzo de 2024

Chinche, peligro, haiga-haya, había-habían

28 de septiembre de 2012
28 de septiembre de 2012

osorio efraim

Titular de El Tiempo: “Chinches atacan pasajeros en pleno vuelo”. Y en el texto se lee: “Las autoridades investigan ahora si los chinches fueron portados por un viajero…” (8/9/2012). “…si las chinches…”, porque ‘chinche’ (Cimex lectuarius) es un sustantivo femenino, no masculino, aunque su uso como tal está muy extendido. El Diccionario le da esta definición: “Insecto hemíptero, de color rojo oscuro, cuerpo muy aplastado, casi elíptico, de cuatro o cinco milímetros de largo, antenas cortas y cabeza inclinada hacia abajo. Es nocturno, fétido, y sumamente incómodo, pues chupa la sangre humana taladrando la piel con picaduras irritantes”. Es un vocablo que procede del latino ‘cimex-icis’ = ‘chinche’ (insecto); ‘expresión insultante’. Para J. Corominas, “parece ser forma del dialecto mozárabe, que a fines de la Edad Media sustituyó a la propiamente castellana ‘cisme’, hacia 1330 (también se dijo ‘chisme’)”. Y de éste dice: “De origen incierto, parece ser aplicación figurada de ‘chisme’ (chinche) (…) en el sentido de ‘niñería, cosa despreciable’”; y, de acuerdo con la Academia de la Lengua, significa también “baratija o trasto pequeño”. Entre nosotros, con la palabra ‘chinche’ calificamos a las personas chinchosas, es decir, a las molestas y pesadas. En este caso puede ser masculino o femenino. También se le dice así a la ‘chincheta’, “clavo pequeño, de cabeza circular y chata y punta acerada, que sirve para asegurar el papel al tablero en que se dibuja o calca, o para otros fines parecidos”. ***

Uno puede estar en peligro de perder la vida, un empleo o el amor de su vida; y puede haber peligros de deslizamientos de tierra, maremotos, incendios, etc.; pero no pueden existir peligros de bonanza, salud, economía boyante, etc., porque ‘peligro’ es el “el riesgo o la contingencia de que suceda algún mal”, algo que atente contra el bienestar de una sola persona o el de toda una comunidad. En su artículo, “La muerte del centro”, el columnista Jack Mosseri cayó en esa incongruencia en la siguiente oración: “…porque las construcciones circundantes son de gran valor patrimonial y puede existir un  peligro de estabilidad…” (El Tiempo, 8/9/2012). “…y puede existir un peligro de inestabilidad”, o “puede peligrar la estabilidad”, o “se pone en peligro la estabilidad”, etc. ‘Fuera de peligro’ es la frase que queremos escuchar cuando tenemos un ser querido en el hospital. ***

En un programa de televisión, de cuyos nombre, canal y fecha no quiero acordarme, le oí a Poncho Rentería la afirmación de que la Academia de la Lengua había aceptado las inflexiones verbales ‘haiga’ por ‘haya’, y ‘habían, hubieron,  habrían’, etc., cuando el verbo ‘haber’ significa ‘existencia’, por lo cual es impersonal. No lo creo, aunque no me extrañaría, pues si ya le quitó a ‘abolir’ su naturaleza de defectivo, cualquier otra decisión, descabellada para mí, es posible. (Los ingleses cuidan esmeradamente sus verbos irregulares como lo que son, un tesoro. ¿Por qué nosotros no?). Acudí, entonces, a la “Nueva Gramática de la lengua española” y, ¡oh sorpresa desagradable!, encontré lo siguiente: “Al ser ‘haber’ un verbo impersonal transitivo, se espera que no concuerde con su argumento, ya que este desempeña la función de complemento directo. Aun así se atestiguan numerosos casos de concordancia tanto en el español europeo (especialmente en el hablado y este en el sur de España) como en el americano” (41.6b). Presenta luego algunos ejemplos, tomados de Asturias, Vargas Llosa, García Márquez y otros escritores menos conocidos, y que también cometen errores gramaticales: “-Aquí en casa lo velamos; las muchachas son muy embelequeras. Hubieron tamales” (Asturias, Presidente); “Abrieron fuego contra una muchedumbre de refugiados, entre los que habían ancianos, mujeres y niños” (El País, España. 1/10/1999). Hay más ejemplos, muchos, muchos más, como todos los que yo documento en mis apuntaciones. Pero termina este numeral con esta joya: “Se recomienda en todos los casos el uso no concordado de ‘haber’, por tanto, Hubo dificultades, en lugar de Hubieron dificultades; Había suficientes pruebas para incriminarlos, y no, Habían suficientes pruebas para incriminarlos”. “Se recomienda”, nada más, pero si a usted le da la gana de hablar y escribir así, hágalo, que esto a las Academias de la Lengua las tiene sin cuidado. Y yo le ‘recomiendo’ al redactor de “Supimos que” que no escriba “las cámaras que habían”, sino “las cámaras que había”, en la siguiente muestra, que le puede servir a la Academia para aumentar su acervo de corruptelas gramaticales: “…y luego de saludar al portero y hacerle el quite a las cámaras que habían en el sitio, se dirigió (Dayro Moreno) al camerino y saludó a sus amigos” (LA PATRIA, Supimos Que, 9/9/2012). ¡Qué barbaridad! Finalmente, ‘haiga’: Como inflexión verbal, no aparece en la obra citada. O no la pude encontrar. Lo que sí hallé fue lo siguiente: “En el presente de subjuntivo, ‘haber’ y ‘hacer’ son los únicos verbos que cambian una consonante de la raíz (haya, haga)” (4.13.c). En El Diccionario, como lo anoté no hace mucho, está asentado el nombre ‘haiga’, con el significado de “automóvil ostentoso”, ese que compran los que se enriquecen de la noche a la mañana o de la mañana a la noche. ***

Hecho incontestable: El caos de la VEINTITRÉS crece “como crecen las sombras cuando el sol declina”.