Gobierno adopta medidas para fortalecer el capital de los establecimientos de crédito
Esta regulación prudencial es producto del trabajo y las discusiones llevadas a cabo durante el último año con el sistema financiero, la Red de Seguridad Financiera -compuesta por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, la Superfinanciera, Fogafin, y el Banco de la República- y expertos internacionales.
La reforma recoge las mejores prácticas a nivel mundial. Así mismo, apuntala la solidez de los Establecimientos de Crédito colombianos, asegurando que su capital sea de la mejor calidad, fortaleciendo el respaldo de los recursos del público administrados.
La medida mantiene en 9% el nivel mínimo que debe observar la solvencia, es decir la relación que debe haber entre el capital y los activos; e introduce una nueva medición, la de solvencia básica, que mide la relación entre el capital más “puro” y los activos, con un nivel mínimo del 4.5%. Este capital está conformado por instrumentos con la más alta capacidad de absorción de pérdidas.2 Esta medida se adopta en momentos en que el Sistema Financiero Colombiano genera excelentes resultados, lo cual permite avanzar en la adopción de altos estándares sin afectar el normal desarrollo de la labor de intermediación financiera que requiere la economía.
La norma prevé un plazo de transición de un año, que permite a las entidades cumplir con los requerimientos exigidos considerando las particularidades de cada una.
El sector financiero ha venido avanzando en un proceso de internacionalización, con la presencia de nuevos agentes en el mercado local y la expansión de nuestras entidades a mercados externos, lo cual refuerza la necesidad de acercar nuestro marco normativo a estándares internacionales.
Un mejor capital regulatorio ofrece un mayor respaldo a los ahorradores colombianos y al público en general, fortaleciendo la estabilidad del Sistema Financiero Colombiano.
El criterio para mantener como capital regulatorio un instrumento es su vocación de permanencia y disponibilidad. Por ejemplo, los edificios eran incluidos en el capital, aunque su precio y la capacidad de venta en un momento de crisis son altamente inciertos. Algo similar ocurría con las reservas ocasionales, que ahora solo se tendrán en cuenta hasta un tope del 10% del patrimonio.